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domingo, 1 de marzo de 2009

JESÚS LA VID VERDADERA

José Rueda

Texto: Juan 15: 1-19

Textos en el A.T. que hablan del pueblo de Dios como una Vid.
Salmo 80:8-16 / Isaías 5:1-7 / Ezequiel 15:1-6 / 19:10-14

- Jesús es la vid verdadera en el sentido de ser genuino en comparación con Israel que no actuó en armonía con su llamamiento.
Israel: era el tipo, la sombra en el A.T Jesús: era la realidad, el cumplimiento en el N.T
- Como el propósito es que la vid produzca mucho fruto, el foco de atención de la enseñanza de Jesús recae en las ramas y lo que ellas necesitan para dar seguridad de una buena cosecha.
- La operación más importante para mantener fructífera una vid es “La Poda”.
Entre los discípulos, Judas fue cortado y los otros debieron soportar experiencias duras de “poda” antes de producir fruto después de pentecostés.
- El principal propósito de de la alegoría de la vid es resaltar la importancia de la dependencia de Cristo para poder dar buen fruto. En otras palabras, un indicador de nuestra deficiente relación con el maestro, es la ausencia de fruto en nuestra vida.
*Permanecer = mantenerse, continuar, seguir, persistir, durar, resistir, quedarse, habitar, residir, vivir. Del verbo gr. “méno” que significa: quedarse en un lugar, permanecer en un estado, conservar una relación. (11 veces aparece la palabra “permanecer” en este cap.)
- No permanecemos en Cristo solo con el fin de llevar fruto…El fin más alto de esta dependencia es GLORIFICAR AL PADRE.
- Entonces, llevar mucho fruto, fruto que permanezca, es una forma en que glorificamos al Padre, es una forma bíblica y poderosa de “adorar” al Padre. Podemos preguntarnos si como adoradores estamos glorificando al Padre de esta manera que Cristo describe en Juan 15.
- (V.9) El modelo del amor del Padre por el Hijo es el modelo del amor del Hijo por sus discípulos.
- (V.10) El modelo de obediencia del Hijo al Padre es el modelo de obediencia de los discípulos a Jesús.
- (V.11) El gozo del que habla Jesús aquí es el mismo gozo que menciona Hebreos 12:2
- (V. 12-15) En el modelo del amor de Jesús por sus discípulos encontramos dos cosas importantes:
a) Dar su vida por sus amigos: ¿Estamos dispuestos a dar la vida por otros a quienes el Padre desea como amigos?
b) La diferencia en el cambio de relación de siervos a amigos de Dios no es de actitud sino de comunicación. Ambos, el siervo y el amigo deben obedecer. El siervo obedece ciegamente, el amigo confía, ama y por esta razón obedece.
- (V.16) La elección es divina y no a la inversa. El nos eligió para que llevemos mucho fruto y la promesa de que el Padre contestará nuestras oraciones es un resultado de su elección y no la consecuencia de que llevemos mucho fruto.

CONCLUSIONES:
El Padre no es la vid. El Padre es el dueño de la vid y el que la trabaja. Solamente él ve la vid en su totalidad y sabe dónde necesita ser podada, dónde necesita ser apuntalada, dónde necesita que la tierra alrededor de sus raíces sea movida. Él conoce las necesidades de la vid como no las pueden conocer los más astutos observadores humanos. El trabajo del Padre tiene el propósito de asegurar que la vid cumpla la función para la cual ha sido creada, que es producir vida y vida en abundancia.

Para asegurarse de este resultado el Padre realiza dos actividades fundamentales. Las ramas que no producen fruto las corta y las echa fuera. En esto, Cristo no andaba con rodeos, sino que dejó absolutamente claro el procedimiento del Padre. La rama existe para llevar el fruto que la vid produce en ella. La rama que no cumple esa función no puede permanecer en la vid como adorno. De persistir su infertilidad, aun habiéndole proporcionado los cuidados necesarios, se la quita de la planta. Esa rama está utilizando recursos y energía que podrían ser aprovechados mejor por las ramas que sí son productivas.

Una segunda actividad del Padre tiene que ver con las ramas que producen fruto. Cristo no dijo que las ramas se comparaban entre ellas para ver quien daba más uvas, o quien producía la más sabrosa fruta. Tampoco dice que el Padre les da una «palmadita» por su buen trabajo en producir fruto. El Señor declaró que el padre poda las ramas que dan fruto, para que produzcan mayor fruto. Cualquier productor sabe que este proceso, que es momentáneamente doloroso, acaba fortaleciendo la rama y la planta en general.

Para pensar:
La analogía apunta a dos claras conclusiones. En primer lugar, no existen categorías de ramas, algunas con «llamado» y otras no. Todas las ramas, sin excepción, deben producir fruto. Ninguna rama ha sido destinada a la función de decorar. En segundo lugar, nadie se salva de la tijera de Dios, ni siquiera los que «andan bien». ¡Todos son podados! Algunos para vida, y otros para muerte.

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