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domingo, 20 de diciembre de 2009

EL MILAGRO MOLECULAR y ESPIRITUAL escondido en LA LAMININA


A continuación les comparto la conclusión del mensaje domincal hoy Diciembre 20-09 en Bucaramanga. Estudiamos el tema de "Cristo nuestro abogado" nuestra propiciación y la palabra que debemos guardar (1 Juan 2: 1-6)

La herramienta de conclusión de la enseñanza está basada en un fragmento del mensaje de Louie Giglio sobre La "LAMININA" - No quiero adelantarles nada para no echar a perder la bendición. Disfruten el video sobre el MILAGRO MOLECULAR y ESPIRITUAL escondido en LA LAMININA (Deben activar al comienzo del video el spanish captions ó los subtítulos en español en la parte inferior derecha de la pantalla donde se reproduce el video) Para ver el video haga click aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=XtHgkaHc5dU&feature=related

MILAGRO MOLECULAR: La Gloria de Jesús en nuestro Cuerpo
*Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; Colosenses 1:16-17*

Aprender la lección de la Laminina (Laminin)... De entrada admito que el nombre no resulta atractivo para nada y mucho menos les interesaría saber que la Laminina es un gran complejo proteico flexible formado por tres largas cadenas polipeptídicas (α, β, γ) .

La estructura de Laminina no se hizo popular hasta 2008. La Laminina es una de las miles de proteínas que tenemos en el cuerpo humano y las cuales son responsables de que nuestro el mismo funcione. En el caso de la Laminina su función es básica, vital, sin ella no pudiéramos subsistir pues es la molécula proteica que mantiene el mundo celular unido. En otras palabras es como el pegamento que mantiene junto al cuerpo humano a nivel molecular. Es algo así como las varillas en el concreto.

Laminina es una proteína que es parte de la matriz extracelular en humanos y animales. (1) Laminina está definida por el Diccionario Médico Webster como un "glicoproteína que es un componente del tejido membrana basal conectivo y que promueve adherencia de la celda.” (2) Cada una de las cadenas polipeptídicas está constituida por más de 1500 aminoácidos. (3) La matriz extracelular (ECM) se encuentra fuera de las células y proporciona apoyo y adhesión de células dentro órganos (junto con muchas otras funciones). Tiene cuatro armas que pueden unirse a otros cuatro moléculas. (4) Laminina y otras proteínas ECM forman la "cola" para las células como los recubres en el estómago e intestinos. Es una fundación de tejido conectivo. Este mantiene las células en su lugar y les permite funcionar adecuadamente. La estructura de Laminina es muy importante para la función de todas las proteínas. (5)

Laminina es lo que nos pega juntos. Son células moléculas de adhesión. Es lo que mantiene una célula de nuestro cuerpo con la celda siguiente. Sin ellos nos separaríamos.
Pero es importante saber que antes de que los cristianos hubieran conocido la estructura de Laminina ellos creyeron en lo que Colosenses 1:15-20 decía. La falta de información no cambió sus creencias sobre el poder de la salvación y la forma de la cruz.

En su servicio,
José Rueda C

viernes, 18 de diciembre de 2009

*****LA GRANDEZA y AUTORIDAD DEL QUE NACIÓ EN BELÉN*****




Isaías 9:2 La gente que caminaba en la oscuridad ha visto una gran luz. Ha brillado una luz para los que vivían en una tierra oscura.
Isaías 9:3 Tú has hecho crecer nuestra nación, has aumentado la alegría del pueblo. Ellos muestran su alegría ante ti, como cuando recogen la cosecha, como cuando se reparten el botín.
Isaías9:4 Es porque tú has roto el yugo que los tenía cautivos, la barra sobre sus hombros y la vara del opresor. Hiciste como en la época en que derrotaste a Madián.a
Isaías 9:5 Toda bota militar que marchaba para la batalla, y todo uniforme empapado de sangre, será devorado por las llamas.
Isaías 9:6 Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo. Sobre sus hombros descansa la autoridad y se le han puesto estos nombres: Hacedor de grandes planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe que trae la paz.
Isaías 9:7 La grandeza de su autoridad y paz no tendrá fin. Reinará en el trono y en el reino de David. Lo establecerá y sostendrá con la justicia y el derecho desde ahora y para siempre. Todo esto será posible, debido al amor intenso del Señor Todopoderoso.
(Versión Palabra de Dios para Todos)

- En EL estaba la luz que los hombres necesitaban. No tenemos excusa de seguir viviendo en la
oscuridad.
- El es el que hace crecer a una nación y aumentar el gozo de un pueblo.
- El ha roto el yugo de la esclavitud. El poder de la esclavitud ha sido pulverizado por la Diestra de
Su poder.
- El pone término final a las guerras, la violencia y la muerte.
- Nos ha sido dado un Hijo, el hijo de la gracia y la misericordia, el Hijo del perdón y la
reconcilación, el Hijo de la Vida, el Verbo de Vida, Dios encarnado y manifestado.
- El es el Hacedor de Grandes Planes, el Dios Invencible (Dios mi Héroe), el Padre Eterno, el
Príncipe de Paz.
- La grandeza de su autoridad y paz no tendrá fin.
- Su reino no tiene fin.
- TODO ESTO SERÁ POSIBLE DEBIDO AL AMOR INTENSO DEL SEÑOR
TODOPODEROSO.

¿A QUIEN LE VAMOS A DAR GLORIA EN ESTA ÉPOCA DE CONSUMO MASIVO DE ENTRETENIMIENTO RELIGIOSO, DE CULTO A LOS SENTIDOS, DE SATISFACCIÓN A LOS DESEOS DE LOS OJOS y DE LA CARNE, DE ESPIRITUALIDAD CARNAVALESCA?


*JESÚS* es el eje de TODAS las cosas en el universo y SU MUERTE y RESURRECCIÓN son más importantes que su nacimiento en el pesebre.

Citaré las palabras de A. W Tozer escritas en 1955:
Durante siglos la iglesia se mantuvo firme en contra de toda modalidad de entretenimiento mundano al reconocerlo tal como era: un mecanismo para fomentar el desperdicio del tiempo, un refugio frente a la voz perturbadora de la conciencia, un artilugio para distraer la atención de la responsabilidad moral. Por esa razón fue atacada sin clemencia por los hijos de este mundo. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha cansado de ser atacada y ha abdicado de la lucha. Parece haber decidido que si no puede conquistar al gran dios del entretenimiento, le va ir mejor unirse a él y utilizar sus poderes cuanto más pueda. De modo que tenemos hoy ante nosotros el espectáculo chocante en que se vierten millones de dólares para realizar el trabajo nada santo de suministrar entretenimiento terrenal para los llamados hijos del cielo. El entretenimiento religioso en muchos lugares está suplantando con rapidez las cosas serias de Dios. Muchas iglesias en estos días, se han convertido en poco más que teatros de mala muerte donde “productores” de quinta categoría tratan de rebuscárselas con sus ofertas mediocres, ya que cuentan con la aprobación plena de líderes evangélicos que hasta son capaces de citar algún texto bíblico para defender su delincuencia. A duras penas algún hombre se atreve a levantar su voz contra tal atrocidad. (Tomado de “Avergonzados del Evangelio” – Por: John F MacArthur)

Las cosas con que la iglesia flirteaba en el tiempo de Spurgeon se volvieron afición en el tiempo de A. W Tozer y ahora son una obsesión. Alimentar el apetito del entretenimiento de la gente solo exacerba los problemas emocionales, la apatía espiritual y el materialismo. Si el mundo mira la iglesia y ve un centro de entretenimiento, estamos enviando el mensaje erróneo. Pablo ministró a los paganos más inicuos en todo el Imperio Romano pero nunca adaptó la iglesia a los gustos de la sociedad secular. Su medio para la realización del ministerio fue la predicación de la Palabra, la proclamación directa y sencilla de la verdad bíblica.

Cristo es el mensaje a predicar, el evangelio, el anuncio mismo, la noticia que comunicar, la proclama y fuera de El “nada es realidad”.

Debemos recordar los consejos del apóstol Pablo a Timoteo en cuanto al ministerio, la fe, el servicio a Dios, la verdad, la fidelidad, la Palabra de Dios, las doctrinas falsas, el liderazgo cristiano, la enseñanza de la Palabra, pelear la buena batalla de la fe, seguir la justicia, ser ejemplo, instruir a los ricos, defender la Palabra, avivar el don de Dios, no ser tímidos, nunca avergonzarse del evangelio, ser maestros de la verdad, sufrir la persecución, mantener la mirada fija en Jesucristo, dirigir con autoridad, interpretar y aplicar las Escrituras con precisión, evitar las conversaciones inútiles, huir de las pasiones juveniles, no dejarse atrapar en contiendas filosóficas, ser amables y pacientes, enfrentar los tiempos peligrosos, predicar la Palabra, ser sobrios, soportar aflicciones y penalidades y hacer la obra del evangelista.

Carlos H. Spurgeon declaró: “Hay apatía en todas partes. A nadie le preocupa saber si lo que se predica es verdad o mentira. Un sermón es un sermón, sin importar su tema; pero eso sí, entre más corto sea, mejor”.
No estamos tan distantes de esta realidad centenaria. Muchas personas están dispuestas a perdonar una teología deficiente con tal que puedan salir antes del mediodía para sus casas los domingos.

1Cor 1:22 Los judíos buscan milagros mientras los griegos buscan sabiduría;
1Cor 1:23 pero nosotros anunciamos a Cristo crucificado. Este mensaje resulta ofensivo para los judíos y les parece una tontería a los que no son judíos…


En esta época recargada de luces y sonidos distractores, elevamos una oración al Padre de las luces para que nos libre de un resbalón y caída cuesta abajo hacia la mundanalidad y el descreimiento que devoró a la iglesia y agotó su entereza espiritual poco más de cien años atrás.

José Rueda C.

miércoles, 19 de agosto de 2009

EL SECRETO DEL CONTENTAMIENTO


"No digo esto porque este necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre"

Filipenses 4:11


Un hombre llamado Agur oró una vez una oración que para la mayoría de las personas hoy parece curiosa: "No me des pobreza ni riquezas, sino sólo el pan de cada día. Porque teniendo mucho, podría desconocerte y decir: ¿Quién es el Señor? Y teniendo poco, podría llegar a robar y deshonrar así el nombre de mi Dios" (Proverbios 30: 8-9)


La mayoría de las personas hoy quieren evitar la pobreza (aunque no por las razones dadas por Agur), pero ¿quién, en estos tiempos de materialismo, ora para evitar la riqueza?

Agur sabía algo que en la actualidad muchos ni siquiera ven: que las riquezas tienen el potencial de ser una trampa y el origen de la ruina.


El apóstol Pablo sabía lo mismo que Agur: había aprendido cual es el secreto del contentamiento. Pablo estaba cómodo teniendo poco y teniendo mucho porque creía que Dios era su proveedor. Como sus ojos estaban puestos en las cosas del cielo, podía estar contento con lo que fuera que Dios le diese en la tierra.


La próxima vez que pierda usted su contentamiento material, recuerde quién es el dueño de todo y cómo nos prometió proveer para nosotros.


¡El contentamiento es un excelente indicador de lo que pensamos sobre Dios y su voluntad!

viernes, 10 de abril de 2009

¡SU OTRO NOMBRE! & ¡QUE TIENES QUE NO HAYAS RECIBIDO!


SU OTRO NOMBRE
“Yo, el SEÑOR tu Dios, soy un Dios celoso.”
Éxodo 20:5

Celoso- La palabra hebrea qanna es una palabra de uso exclusivo para Dios. Este adjetivo nunca se aplica a una persona. Solo se utiliza para describir a Dios. De hecho, en Éxodo 34:14, esta palabra es parte del nombre de Dios (“el Señor cuyo nombre es celoso”).

Lo que sabemos sobre los nombramientos en las culturas semitas debería hacernos gemir cuando leemos esto. El celo es un atributo esencial del Señor.Si no te tomas un poco de tiempo para reflexionar sobre el significado de esto, simplemente no comprenderás cuan serio es el derecho que Dios tiene sobre nosotros. Y probablemente no comprenderás porque Él exige devoción exclusiva, ni porque espera que nuestros matrimonios reflejen la misma cualidad. Él celo mora en el centro de quién es Dios.

Ya sé. Tú y yo hemos sido entrenados a creer que el corazón de Dios es un corazón de amor. Como tenemos una definición de amor difusa, egocéntrica y posesiva, tendemos a imaginar que Dios es un tipo de Padre siempre-perdonador, generoso y bueno, quién ignora los errores y rebeliones de Sus hijos, que sostiene Su respiración hasta que dejemos de actuar como idiotas y regresemos a Su cuidado.

Lo siento. Eso no es lo que nos dice la Escritura. Si uno de los nombres de Dios es celoso, lo mejor es que nos aseguremos que tenemos muy clara esta imagen antes de seguir actuando como si nuestro comportamiento es irrelevante.La otra cara del amor es la ira. Los dos se unen. Dios es compasivo. Lo dice Él (Éxodo 34:6). Ese es el primer atributo de Su auto-identificación. Pero no es el único. También es tremendamente posesivo de lo que le pertenece. No tolerará duplicidad ni intenciones engañosas. Nunca aceptará el adulterio espiritual. Tú y yo le pertenecemos y nunca permitirá que divaguemos en nuestros afectos hacia otro.Él nos posee. No permitirá que huyamos.

Cualquier evangelio de amor, gracia y perdón que no incluya posesión, celo y fidelidad es como una ceremonia de matrimonio a la que asiste la amante.¿Qué significa para nosotros? A fin de cuentas, todos sabemos que Dios exige exclusividad en adoración y no ofrecemos libaciones a ídolos. ¡Espera! Mira de nuevo. Cuando Dios se describe como Dios celoso, frecuentemente asocia los comportamientos de infidelidad con el servicio a dioses falsos. Pero no debemos pensar en esto como inclinarnos en algún rito pagano.Es el equivalente a cortar pacto con un dios falso. En otras palabras, permitimos que el dios falso dicte los términos de nuestra vida.

La adoración al dios falso puede disfrazarse en la manera en que trabajamos. Si no dedicamos nuestros esfuerzos y tiempo según Sus mandamientos, entonces atendemos amantes. Gráficamente hablando, mantenemos amoríos con otro amante, provocando el celo de Dios.

Ahora comienza a instalarse. Si lo que haces en este mundo no es lo que Dios te dijo que hicieses, entonces probablemente sirves a otro dios. Puede ser el dios de la seguridad o prosperidad, del placer o la pasión, pero no será YHWH elokeikha, pues él no tolera rivales. Quizás es el momento de ver seriamente tu trabajo, tus prioridades y tus planes. ¿Son el resultado de escuchar al Rey y servirle solo a Él?

Autor: Dr. Skip Moen.

¿QUÉ TIENES QUE NO HAYAS RECIBIDO?
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de Dios.
Mateo 5:3


Antes que Dios creara al hombre, preparó para él un mundo lleno de cosas hermosas para su sustento y deleite. Todo lo que Dios creó fue para el bienestar del hombre, pero era indispensable que todo estuviera subordinado a él.

El Génesis las llama simplemente “cosas.” Fueron creadas para su uso y siempre debían ser externas a él. Allá en lo profundo del corazón del hombre debía haber un sitio ocupado únicamente por Dios; afuera, podían estar los mil dones conque Dios lo había bendecido. Pero el pecado introdujo complicaciones, e hizo que los dones de Dios se convirtieran en instrumentos dañinos para el alma.

Nuestros infortunios comenzaron cuando Dios fue forzado a salir de su santuario, y las “cosas” ocuparon su lugar. Por eso no tenemos paz, porque hemos quitado a Dios del trono de nuestro corazón, y tenaces y agresivos usurpadores pelean por el primer lugar.
Esto no es una simple metáfora, sino el análisis de nuestra verdadera condición espiritual. Dentro del corazón humano hay una raíz de mala naturaleza que le insta a poseer más, y siempre más. Codicia “cosas” con fiera y desenfrenada pasión.

Los pronombres posesivos “mi” y “mío” parecen inocentes en letra impresa, pero son de un terrible significado en la vida. Ellos expresan, mejor que mil volúmenes de teología, lo que es la verdadera naturaleza del hombre. Son los síntomas verbales de la más profunda enfermedad humana.

Las cosas materiales han echado raíces tan hondas en nuestro corazón que no queremos arrancarlas por temor a morir. Las “cosas” han llegado a sernos indispensables, lo que nunca debió haber ocurrido. Los dones de Dios han llegado a ocupar el lugar de Dios y esto ha trastornado todo el orden de la naturaleza. Nuestro Señor Jesucristo se refería a la tiranía de las cosas cuando dije a sus discípulos, “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque cualquiera que quiere salvar su vida, la perderá, y cual’ quiera que perdiere su vida por causa de mí, la hallará.” (Mateo 16:24, 25)

Dividiendo en fragmentos esta verdad, a fin de entenderla mejor, vemos que hay dentro de nosotros un enemigo cuya presencia toleramos con grave peligro. Jesús lo denominó “vida” o “nuestra vida,” o como diríamos nosotros, nuestro propio ser, cuya principal característica es el deseo de poseer. Así lo demuestran las palabras “ganancia” y “provecho.” Permitir a este enemigo vivir, terminará al final con todo. En cambio repudiarlo, y con él repudiar el mundo de las cosas, dará como resultado final la vida eterna con Cristo.

Se insinúa también cual es la única manera de acabar con este enemigo: por medio de la Cruz. “Tome su cruz cada día, y sígame.” La mejor manera de adquirir mayor conocimiento de Dios es pasando por valles sombríos de tristeza y soledad.
Los bienaventurados que poseen el reino son aquellos que han repudiado todo lo externo, y han desarraigado del corazón todo deseo de poseer cosas.

Estos son los verdaderos “pobres en espíritu!’ En su vida interior han llegado a ser semejantes a los mendigos que deambulaban por las calles de Jerusalén. Ese es el significado de la palabra “pobre” en labios de Cristo. Esos bienaventurados pobres han dejado de ser esclavos de la tiranía de las cosas. Han roto el yugo del opresor, hallando la liberación, no por medio de luchas, sino por medio de la rendición. No teniendo deseos de poseer nada, ‘llegan a poseerlo todo. “De ellos es el reino de los cielos!’

Permitidme que os exhorte a tomar esto seriamente. No lo toméis como una simple enseñanza bíblica más, para alojarla en un rincón de vuestra mente junto a otra masa inerte de doctrinas. Lo que digo es un indicador del camino hacia los verdes pastos, es una senda labrada en la empinada cuesta de la montaña de Dios. Si queremos continuar en la sagrada búsqueda, no debemos tomar otro camino fuera de este. Y debemos ascender paso a paso.

Si nos negamos a dar un paso, dejamos de subir. Como ocurre a menudo, este principio neo testamentario de vida espiritual tiene su ilustración en el Antiguo Testamento. En la historia de Abraham e Isaac tenemos una descripción dramática de lo que es la vida completamente rendida, y al mismo tiempo un comentario a la primera bienaventuranza.

Cuando Isaac nació Abraham ya era un hombre bien entrado en años. Tenía edad suficiente para ser el abuelo del que ahora era su hijo. El niño no tardó en convertirse en el ídolo y el deleite de su padre. Desde el primer momento que Abraham lo alzó en sus brazos, se constituyo en el esclavo de amor de su hijo. Dios no tuvo a menos comentar este intenso amor paternal, y esto es fácil de comprender. El niño representaba todo aquello que más amaba y reverenciaba el anciano patriarca: las promesas de Dios, los pactos, las esperanzas acariciadas durante años y los sueños mesiánicos tantas veces soñados.

A medida que el niño iba creciendo de la infancia a la juventud, el corazón de Abraham se ligaba más y más con él, hasta que esta estrecha relación llegó a hacerse peligrosa. Fue entonces que Dios intervino en las vidas del padre y el hijo para salvar a ambos de las consecuencias de un amor demasiado humano. Dios le dijo a Abraham, “Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré” (Génesis 22:2).

El escritor sagrado no nos dice de la agonía de aquel padre, en la noche que pasó junto a las colinas de Beerseba, cuando estuvo a solas con Dios. Pero podemos imaginarla respetuosamente. Es posible que esta agonía no volviera a producirse en ningún otro hombre, hasta aquella noche en el huerto de Getsemaní, cuando Uno, mucho más grande que Abraham, luchó también con Dios. Hubiera sido mucho más preferible que el propio anciano fuera el que tenía que morir.
Hubiera sido mucho más soportable, porque ya era muy viejo, y la muerte no hubiera sido penosa para uno que estaba acostumbrado a caminar con Dios. Además Abraham se hubiera sentido dichoso de contemplar por última vez a su hijo, en quien habían de cumplirse las antiguas promesas de Dios.

¡Cómo podría sacrificar al muchacho, aun cuando pudiese apaciguar su corazón y realizar el sacrificio! ¿Y cómo habría de cumplirse la promesa de Dios, “en Isaac te será llamada descendencia”? Esta fue la prueba de fuego para Abraham y él no falló en el momento crucial. Mientras las estrellas todavía brillaban sobre la tienda en que dormía Isaac, y antes que la cenicienta luz del alba comenzara a clarear por el oriente, el viejo santo había hecho su decisión.

Ofrecería su hijo en holocausto, tal como Dios le había dicho, plenamente convencido que Dios lo haría resucitar de entre los muertos Esta, dice la carta a los Hebreos, fue la solución que halló aquel adolorido corazón en la hora más negra de su vida. Y “muy de mañana” se levantó para cumplirla.

Es precioso ver como, aunque Abraham había errado en comprender los métodos de Dios, estaba acertado en la comprensión de las intenciones de su corazón. La solución concuerda con lo que dice el Nuevo Testamento: “El que perdiere su vida por amor de mí, la hallará!’

Dios dejó que el afligido anciano fuese hasta el punto en que no había retorno. Luego, impidió que hiciera daño al muchacho. En efecto, le está diciendo al patriarca, “Nunca fue mi intención sacrificar al muchacho. Lo que yo quería era quitarlo del templo de tu corazón para poder reinar yo en él, sin que nada, ni nadie, puedan disputarme ese lugar. Quise corregir la dirección de tu amor. Ahora puedes contar con tu hijo sano y bueno. Regresa con él a la tienda; ya sé que temes a Dios, pues no me has rehusado tu hijo, tu único.”

Después de esto se abrieron los cielos, y se oyó una voz que dijo: “Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único, bendiciendo te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como la arena que está a la orilla del mar; y tu simiente poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz!’ (Génesis 22:16-18)

El anciano varón de Dios levantó la cabeza para responder a la voz y se detuvo allí sobre el monte, fuerte, puro y grande; un hombre a quien Dios había elegido para un fin especial, el amigo preferido del Altísimo. Abraham era pues un hombre totalmente rendido a Dios, completamente sometido a él, y sin nada que pudiera llamar suyo. Había puesto todo en su amado hijo, y Dios se lo había quitado.

Dios pudo haber comenzado de a poco, trabajando en la periferia de la vida de Abraham, pero prefirió ir derechamente al corazón y hacer la separación con un solo tajo. Así economizó tiempo y dolor, y la acción fue efectiva. He dicho que Abraham no tenía nada que pudiera llamar suyo.

Pero, ¿no era rico este hombre? Tenía siervos, ovejas, camellos, ganado y bienes de toda clase. Además tenía a su esposa, y sus amigos, y lo que era mejor aún, tenía a Isaac, su hijo.

Tenía de todo, pero nada era suyo. Este es el secreto espiritual, la dulce teología del corazón que se aprende en la escuela del renunciamiento. Los libros de teología sistemática no hablan de esto, pero los entendidos lo comprenden. Después de esta amarga, pero bendita experiencia, creo que las palabras “mi” y “mío,” adquirieron otro significado para Abraham. El sentido de posesión que ellas conllevan había desaparecido de su corazón. Las cosas se habían ido para siempre. Era algo externo al hombre.

Ya no tenían lugar alguno en el corazón de Abraham. El mundo podía decir, “Abraham es rico,” pero el anciano por dentro sonreía. No podía explicárselos a ellos, pero él sabía que nada poseía. Sus tesoros verdaderos eran internos y eternos. Sin duda ninguna que el hábito de apegarse a las cosas materiales es uno de los más dañinos de la vida. Hábito que por ser tan natural, pasa tantas veces desapercibido. Pero sus resultados son desastrosos.

Con harta frecuencia negamos dar nuestros bienes al Señor por el temor de perderlos, especialmente cuando dichos tesoros son miembros de nuestra familia, o amigos queridos. Pero no tenemos razón para abrigar tales temores. Nuestro Señor no vino para destruir sino para salvar. Todo lo que encomendamos a su cuidado está seguro.

La verdad es que no hay nada que esté realmente seguro si no se lo encomendamos a él. También debemos entregarle nuestros dones y talentos. Debemos reconocer que son simplemente préstamos que Dios nos ha hecho, y no debemos suponer que son propiedad nuestra. No debemos reclamar méritos por] talentos o habilidades como no debemos alabarnos! por el color de nuestro pelo o nuestros ojos. “Porque, ¿quién te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿de qué te glorías, como si no hubieras recibido?”
(1Corintios 4-7)

El cristiano suficientemente despierto reconocerá esta maligna tendencia de su corazón, y le apenará el hecho de que ella exista. Si su anhelo de conocer más profundamente a Dios es lo bastante fuerte, querrá hacer algo para remediar el mal. La pregunta es, ¿qué es lo que puede hacer?

Lo primero de todo es poner aparte todo intento de defensa y no hacer ningún intento de justificarse ante sus propios ojos o los ojos de Dios. Quien quiera que trate de defenderse a sí mismo, no tendrá quién acuda en su defensa, pero si se presenta indefenso delante de Dios, su defensor será el propio Dios. El cristiano deseoso de mejor vida espiritual debe olvidarse de cualquier treta resbaladiza que imagine su corazón, y presentarse franca y humildemente delante de Dios.

También debe tener presente que este es un asunto santo. Ningún tratamiento superficial o descuidado arreglará la situación. El que quiera recibir la ayuda y bendición de Dios, debe acercarse a él con la plena y absoluta determinación de que él le oiga. Debe insistir en que Dios acepte todo, y tome todas las cosas que hay en su corazón, y que el Señor mismo venga a ser el rey.

Tal vez sea necesario que mencione cada cosa y cada persona por nombre. La persona que lo haga así, con franqueza, con sinceridad, sin reservas de ninguna clase, acortará el tiempo de su agonía, reduciéndolo de años a minutos, y entrará a la tierra prometida mucho antes que los que creen que a Dios hay que tratarlo con mucha precaución.

No debemos olvidar que estas verdades espirituales no se aprenden por repetición, como se aprenden las reglas de la física y otras ciencias. Las verdades divinas se aprenden por experiencia, sintiéndolas antes de poder saber lo que son. Si queremos conocer las bendiciones de Abraham debemos sentir en carne propia sus mismas angustias y agonías.

La antigua maldición no desaparece sin producir dolores. El viejo miserable que hay dentro de nosotros no se rinde, ni muere, acatando nuestras órdenes. Ha de ser arrancado de nuestro corazón como se arranca una mala hierba fuertemente adherida a la tierra. Es necesario extraerlo con dolor y derramamiento de sangre, igual que una muela que se extrae de la mandíbula.

Debe ser expelido fuertemente del alma, de la misma manera que Jesús echó a los mercaderes del templo. Por nuestra parte debemos resistir la tentación de tener lástima de nosotros mismos, uno de los pecados más reprensibles de la naturaleza humana.

Si deseamos conocer a Dios en una creciente intimidad, debemos renunciar a todo deseo de propia complacencia. Tarde o temprano, Dios nos someterá a esta prueba. Cuando Dios pidió a Abraham que sacrificara a Isaac, el patriarca no sabía que Dios lo estaba probando. Si él hubiera asumido otra actitud diferente de la que asumió, la historia del Antiguo Testamento hubiera sido muy diferente. Dios hubiera hallado otro hombre como el que buscaba, y Abraham se hubiera hundido en el anonimato.
De igual modo a cualquiera de nosotros puede llegarnos la prueba en cualquier momento, quizás sin que nos demos cuenta de que es una prueba. En el momento de prueba no habrá más que una sola alternativa, y todo nuestro porvenir dependerá de la elección que hagamos.

ORACIÓN:

Padre, ansío conocerte, pero mi cobarde corazón teme dejar a un lado sus juguetes. No puedo deshacerme de ellos sin sangrar interiormente, y no trato de ocultarte el terror que eso me produce Vengo a tí temblando, pero vengo Te ruego que arranques de mi corazón todo eso que ha sido tantos años parte de mi vida, para que tú puedas entrar y hacer tu morada en mi sin que ningún rival se te oponga. Entonces harás que tu estrado sea glorioso, no será necesario que el sol arroje sus rayos de luz dentro de mi corazón, porque tú mismo serás mi luz, y no habrá más noche en mí.Te lo imploro en el nombre de Jesús, amén.
A. W. TozerChicago. E.U.A.Junio 16 de 1948

jueves, 19 de marzo de 2009

La Supremacía de Dios en las Misiones a Través de la Adoración


La obra misionera no es la meta final de la iglesia. Lo es la adoración. Las misiones existen porque la adoración no existe. La adoración es absoluta, no así las misiones, porque Dios es la medida final de todas las cosas, no el hombre. Cuando termine ésta era, y los incontables millones de redimidos doblen sus rodillas ante el trono de Dios, las misiones se acabarán. La obra misionera es una necesidad temporal, pero la adoración permanece para siempre.

Por tanto, la adoración es el combustible y la meta de las misiones. Es la meta final de las misiones sencillamente porque por medio de las misiones nosotros simplemente ayudamos a llevar a las naciones al incandescente deleite de la gloria de Dios. El objetivo de las misiones es el gozo de los pueblos en la grandeza de Dios ¡Jehová reina! ¡Regocíjese la tierra! ¡Alégrense las muchas costas! (Salmo 97:1). “¡Alábenle, Dios, los pueblos, todos los pueblos te alaben! Alégrense y gócense las naciones” (Salmo 67:3–4). [¡Que te alaben, oh Dios, los pueblos; que todos los pueblos te alaben. Alégrense y canten con júbilo las naciones! (Salmo 67:3–4 NVI).]
La adoración es también el combustible de las misiones. La pasión por Dios en la adoración antecede a la proclamación de Dios por la predicación. No puedes recomendar lo que no aprecias. El misionero nunca exclamará, “Que se gocen las naciones” cuando no puede decirlo de corazón “Yo me regocijaré en Jehová…Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, Altísimo (Salmo 104:34; 9:2) Las misiones comienzan y terminan con la adoración.

Si a la búsqueda de la gloria de Dios no se le da prioridad sobre la búsqueda del bien del hombre (en los sentimientos del corazón) y sobre las prioridades de la iglesia, el hombre no será bien servido y Dios no será debidamente honrado. No estoy abogando que las misiones mengüen, sino que Dios se magnifique. Cuando la llama de la adoración arde con el calor del verdadero valor de Dios, la luz de las misiones brillará a los pueblos más lejanos de la tierra. ¡Y anhelo que ese día llegue pronto! Donde la pasión por Dios es débil, el celo por las misiones será débil. Las iglesias que no están centradas en la exaltación de la majestad y la belleza de Dios, escasamente encenderán un deseo ardiente para “proclamar entre las naciones su gloria” (Salmo 96:3). Aun los incrédulos sienten la disparidad entre la audacia de nuestra pretensión sobre las naciones y la tibieza de nuestro compromiso con Dios.

Tomado de:
¡ALEGRENSE LAS NACIONES! La Supremacía de Dios en las Misiones JOHN PIPER

sábado, 14 de marzo de 2009

ADORADORES SIN ROSTRO


Siempre que Dios se muestra, llama la atención del hombre y todo alrededor pasa a un segundo plano. Cuando el hombre mengua, Dios crece.

En Isaías 6 encontramos un secreto para los adoradores de Cristo en la tierra. En este capítulo el profeta Isaías tiene su encuentro con el mismo Dios. Cuando la persona del Señor se manifestó fue en un ambiente de adoración y aparecen en escena los serafines, guardianes de la presencia que levantan sus voces diciendo: “Santo, Santo, Santo, Señor de los ejércitos toda la tierra está llena de Su gloria”.
En esta experiencia del profeta se unieron el cielo y la tierra a causa de esa adoración. Esto es lo que anhelamos en esta generación: una adoración que une el cielo y la tierra. Para eso debemos seguir el modelo de Dios para los adoradores que se mueven en lo sobrenatural.

En Isaías. 6:2 dice que los adoradores celestiales tienen dos alas que cubren sus rostros, dos que cubren sus pies y dos alas con las que vuelan. Todo esto tiene un significado muy importante para los que quieren hacer en la tierra como es hecho en el cielo.

Cuando Dios aparece tenemos que esconder nuestro rostro, si estos serafines que fueron creados para adorar tienen que cubrir sus rostros cuando resplandece la gloria del Padre imagínate nosotros que somos polvo.

A veces escuchamos gente emocionada que dice en los cultos: “La gloria de Dios esta aquí”. Puede ser, pero necesitamos tener claro que cuando Dios aparece el hombre tiene que desaparecer. El Padre no necesita de publicidad sino de reconocimiento. Siempre que hubo una teofanía (aparición de Dios) en la biblia, la reacción de cualquier ser humano que estuviera cerca fue postrarse, rendirse, esconderse, en el caso de Juan en Apocalipsis 1 dice que cayó como muerto. Son diferentes las reacciones pero siempre tiene que ver con una actitud de profundo respeto y reverencia.

Hemos visto a través de las últimas dos décadas una generación de cristianos con talento cuyo sueño es tener su linda carita en la portada de un CD o en los afiches de congresos, se preocupan mucho por su apariencia, aman las luces, los autógrafos, el status ministerial, el éxito material, la auto promoción, el reconocimiento pero ¿será que hay gente dispuesta a no figurar de forma literal (a menguar) sólo por el placer de que Él crezca, se manifieste, se muestre, brille? No hay problema con la fama, Jesús era famoso, pero un hijo de Dios debe saber el momento de desaparecer. Jesús hacía esto, cuando sentía que le iban a hacer Rey antes de tiempo, corría al monte, al secreto, a un lugar escondido.

Nuestro problema es que muchas veces dependemos de la imagen de un “hombre o mujer de Dios” que nos lleve a Dios. Nos gusta depender de alguien o que dependan de nosotros para algo. Pero esto no es bíblico, no hay mediador entre Dios y el hombre, solo Jesucristo hombre (I Tim. 2:5).

Creo que es el tiempo de un cambio de mentalidad urgente. Como ministros, somos solamente amigos del novio que servimos en un encuentro entre el Novio (Cristo) y la Novia (Iglesia).

“El que tiene la esposa es el esposo, mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido. Es necesario que Él crezca, pero que yo mengue.” Juan 3:29-30

Es como una pareja que está en su cena romántica a luz de velas, está en un restaurante donde hay una música de fondo para producir un clima agradable. La idea es que la música tocada y cantada sea sólo una herramienta para que la pareja se enamore y no para llamar la atención hacia los músicos o al cantante.
Imagínate que el cantante en el restaurante diga a la novia que tiene que hacer: -“Levanta tus manos, canta esto, dile a la persona que está a tu lado…, da un grito de júbilo!” ¡No tiene sentido! Nadie se acuerda del rostro del que tocaba y cantaba pero el objetivo fue cumplido.

Este es un adorador sin rostro, alguien que tiene su mayor placer en que Cristo abrace su iglesia en intimidad, alguien que no quiere distraer a la novia, que no llama la atención hacia el mismo, sino que facilita un ambiente propicio para que se logre el objetivo: Una generación apasionada por Jesús.

Por Marcos Brunet - © 2009
www.tomatulugar.com

Edición - José Rueda

lunes, 9 de marzo de 2009

COMO BENEFICIA A OTROS NUESTRO SUFRIMIENTO


INTRODUCCIÓN
PARÁBOLA DE LA PERLA
El origen de la perla es la clave para entender la parábola. Todas las perlas se encuentran en las ostras. Una perla se forma cuando un grano de arena entra por accidente en una ostra. Este grano irrita su organismo y como resultado la ostra emite una sustancia llamada nácar. En el nácar hay cristales que forman la perla cuando cubren el grano. La clave es que algo bello y precioso es formado de algo que irritaba.
En el mundo de la joyería hay muchas formas de perlas: peras, campanas, y gotas. También hay una variedad de colores: blanco, negro, rosa, y crema. Las ostras son pescadas y examinadas para ver si contienen una perla.
El reino de los cielos es como un mercader que busca perlas espirituales. Lo que el mercader busca en verdad es algo doloroso que se ha convertido en algo precioso en vez de amargura. Todos los nacidos de nuevo están buscando perlas espirituales.

LA PERLA DE GRAN PRECIO ES JESÚS.
Jesús sufrió dolor. Fue perseguido. Fue burlado. Lo golpearon y clavaron a una cruz. ¡Jesús sufrió dolor! Sufrió dolor pero no fue ofendido. Los hijos de Dios no se ofenden (Salmos 119:165). Los hijos de Dios sí sufren dolor al ser enfrentados por la iniquidad. En la cruz, Jesús expresó su actitud hacia los que le ofendieron de esta forma, "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen." Jesús convirtió su dolor en una perla. Cristo se hizo la perla de gran precio por medio del dolor. "quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente" (I de Pedro 2:23).
No hay nada en el mundo ni en el cielo más precioso que el sufrimiento en la cruz convertido en una perla.
Bueno, mi amigo, ¿que está haciendo usted con su dolor? ¿Qué está haciendo con las irritaciones y las palabras injustas? ¿Qué estamos haciendo con el dolor causado por el maltrato?
¿Estamos permitiendo que se convierta en amargura? ¿Estamos permitiendo que intervenga entre nosotros y nuestros hermanos en Cristo? ¿O estamos convirtiendo el dolor en nácar?
"También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró."
Puedes permitir que el dolor te siga irritando o puedes convertir tu dolor en una perla preciosa.

ES IMPOSIBLE VIVIR ESTA VIDA SIN SUFRIR DOLOR.
Todos hemos sido golpeados. Algunas veces la culpa es nuestra. Otras veces sufrimos porque ha habido mal entendidos.
Sí, usted ha sufrido dolor. Tal vez a través de su esposo o esposa, o quizás a manos de su mejor amigo. El dolor es tanto una parte de la vida espiritual como el respirar es parte de la vida física. No me refiero al ser ofendido, sino al dolor.
El dolor es esencial para la creación de una perla. No llore por su dolor y no culpe a los demás. Mejor, conviértase en un creador de perlas. De gracias a Dios por el dolor. No hay ninguna otra forma de crear perlas sin dolor… Necesitamos perlas en la iglesia… El dolor se puede convertir en algo precioso si seguimos los pasos de Jesús.
Ahora sabe el secreto de los santos. Sus vidas no han sido fáciles. Han llegado a ese punto en sus vidas espirituales porque han sabido convertir su dolor en perlas. Quizás usted también podrá convertirse en una perla de gran precio.
Por último, ese dolor, ese grano de arena que se transforma en una perla, queda siempre por dentro de la perla porque es un símbolo y recuerdo de la gracia de Dios y el poder de su reino. Las llagas en el cuerpo de Jesús ilustran lo que significa la arena en la ostra. Fueron estas llagas que quedaron marcadas en su cuerpo por siempre. No siguen doliendo, pero sí siguen enseñándonos de la gloria de la cruz y los secretos del reino de los cielos.

DESARROLLO
El propósito de un cuerpo unido va más allá del servicio Dominical. Aquellos que determinen a ocupar su lugar en el cuerpo de Cristo deben estar alerta a los engaños del enemigo si quieren permanecer firmes. Muchas veces en las Escrituras, Jesús habla del cuerpo de la iglesia en término de un rebaño de ovejas, y haciéndolo desarrolla algunas analogías que son importantes que entendamos.

LEER Juan 10: 11-13
Primero que todo, mire que el lobo logra atacar el rebaño. Se nos dice que logra dispersarlas, que es la reacción natural cuando se atemorizan. Es una estrategia muy efectiva considerando que la única defensa natural de las ovejas es estar juntas. ¿Puede ver la analogía? El cuerpo de Cristo solo puede existir cuando los miembros permanecen unidos. Nuestra única protección como cuerpo es nuestra conexión unos con otros. Y, consecuentemente, vemos al enemigo espiritual trabajando con diligencia en la iglesia local para dispersar a los miembros. El sabe que no tenemos oportunidad cuando estamos aislados y sin cobertura.

La treta en el ataque del enemigo al cuerpo de Cristo es que con frecuencia viene en forma de ofensa, difamación, peleas, etc. entre los miembros. Y así, con más frecuencia que no, fallamos en reconocer la mano del enemigo trabajando y en lugar nos enfrascamos los unos contra los otros. En Hechos capitulo 20, Pablo alerta a la iglesia de Éfeso sobre esto mismo.

LEER Hechos 20: 29-31 / Efesios 4: 16

del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados…’ ”
Marcos 10:35-40 (ver también Mateo 26:39)

¿Cómo justifica uno la idea que un Dios amoroso permitiría y aun iniciaría sufrimiento en la vida de sus hijos? Es un concepto muy difícil de entender, con mucha frecuencia, el tema es evitado del todo en la iglesia. Pero es una realidad que no podemos omitir. No solo Dios permite que los rectos sufran sin razón aparente, sino que realmente orquesto la peor y más humillante de las muertes para Su Hijo unigénito. Isaías 53:10 va más lejos y dice, “El Señor quiso experimentarlo en el sufrimiento.” Y así debemos encarar el hecho de que el sufrimiento juega un papel muy importante en el gran esquema de las cosas y que su voluntad perfecta incluye también NUESTRO sufrimiento.
No podemos dar la espalda a las realidades de esta vida del mismo modo que no podemos darnos el lujo de malinterpretar las intenciones de Dios hacia nosotros. Oswald Chambers dijo en Lo Mas Alto por lo Supremo:

“A menos que podamos mirar al hecho mas negro y oscuro a la cara sin dañar el carácter de Dios, todavía no Le conocemos.”
Es solo en el sufrimiento que verdaderamente llegamos a CONOCER a Dios y comprender que su gracia es suficiente para nosotros. Si nos encontramos dudando de su carácter cuando hay problemas, podemos tener la seguridad que hemos estado evadiendo esta misma cosa.

El bautismo en el Sufrimiento es muy diferente en su propósito. Mientras la prueba por el fuego tiene la intención de purificarnos y santificarnos, el Bautismo en el Sufrimiento es principalmente para el beneficio de OTROS.

LEER Isaías 53: 5
Considere, por un momento, el sufrimiento de Jesús. No fue por su propio beneficio sino por el nuestro. El sacrificio de sufrimiento de Jesús fue la demostración suprema del amor de Dios por nosotros. Aquel fue permitido para que podamos ser curados y liberados. Hebreos 2:10 nos dice que Jesús fue hecho “perfecto por el sufrimiento”. Y en el capitulo 5, versos 8 y 9, el autor de Hebreos escribe:

“Aunque el era un hijo, aprendió a obedecer por el sufrimiento y, una vez hecho perfecto, se convirtió en la fuente de la salvación eterna para todos los que lo obedecen”.

“IDENTIFICACIÓN” CON EL SUFRIMIENTO.
El sufrimiento trae quebrantamiento, que sirve a un propósito principal en la economía de Dios. Somos quebrantados de modo que la vida de Dios fluya por medio de nosotros a los demás. Somos como las vasijas de barro de que se habla en Marcos 14:3 – debemos ser rotas para revelar el tesoro interior, que es Jesucristo. Y es por eso que la Biblia pone en tal alto precio al corazón contrito y quebrantado (ver Isaías 57:15 y Salmos 51:17 y 34:18).

LEER Isaías 66:2
Como es verdad con todos los bautismos, solo somos introducidos en el Bautismo en el Sufrimiento por elección. Ciertamente, el sufrimiento es una parte inevitable de la vida. Aquellos que no son salvos sufren por sus pecados, pero nosotros como hijos de Dios hemos recibido el privilegio de sufrir por Su gloria. En Marcos 10:35-40 encontramos un relato casi divertido de dos discípulos, Santiago y Juan, pidiéndole a Jesús que les concediera lugares de honor en el cielo. Y la respuesta de Jesús fue esta:

“No sabéis lo que pedís…. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?”

Encontramos después en el Nuevo Testamento muchos ejemplos de sufrimiento mientras los discípulos, motivados por su amor a Cristo, recorrieron el mundo conocido con las Buenas Nuevas.

LEER 1 Corintios 4: 9-13
Tristemente, hoy en día muchas iglesias no se acercan demasiado al tema de sufrir por amor a Cristo. El cuerpo de Cristo ha sido arrullado hasta el sueño por mensajes de bienestar y doctrinas de prosperidad. Y hacemos todo lo que podemos para evitar el sufrimiento, no importando que tan noble sea la causa. Pero no hay atajo en la persecución y el sufrimiento si queremos vivir con rectitud.

LEER Juan 15: 20
Más aun, estamos destinados a perder mucho evitando esta comisión. Sufrir por el nombre de Jesús no es algo que estemos llamados a soportar sino mas bien un honor que se nos ha concedido. Jesús incluyo esto como una “BENDICIÓN” en las Bienaventuranzas (vea Mateo 5:11 y 12). Junto con los mansos, los misericordiosos, y los pobres de espíritu, Jesús contó los que sufren persecuciones como bendecidos por Dios.

LEER Filipenses 1:29 / 1 Pedro 4: 12-19

Identificarse con el sufrimiento de Cristo es morir a la presión del pecado en nuestras vidas. Y este es el lugar en que la única cosa que nos importa es la voluntad de Dios. Cuanto hemos anhelado ser encontrados con esta resolución. Y sin embargo, cuanto hemos evitado el proceso. Dios nunca sobrepasara nuestra voluntad en este asunto. En lugar de eso, Él nos espera a que bebamos voluntariamente de Su copa.
“UN CAMBIO” de corazón es evidencia de la pérdida de si mismo.

Entrar en este bautismo es sacrificarse voluntariamente por el bien de otros, y a su vez, encontrar nuestras vidas en Él.

LEER Mateo 10:39
Podemos bendecir a otros por las cosas que hacemos o decimos, pero sufrir para revelar el amor de Dios nos cambiara a nosotros y a otros por la eternidad. Considérelo un regalo de Dios, pues Él confía en usted y en mí para mostrarle al mundo Su amor.

“LO NUEVO” de mucha gente nacida de nuevo.

Mientras que el resultado directo del Bautismo en el Sufrimiento es la salvación de otros, esta también trae el establecimiento y fortalecimiento de aquellos que caminan a través de este. Por estas experiencias nos hacemos inconmovibles en nuestra fe.

CONCLUSIÓN:
LEER 1 Pedro 5:10

domingo, 1 de marzo de 2009

JESÚS LA VID VERDADERA

José Rueda

Texto: Juan 15: 1-19

Textos en el A.T. que hablan del pueblo de Dios como una Vid.
Salmo 80:8-16 / Isaías 5:1-7 / Ezequiel 15:1-6 / 19:10-14

- Jesús es la vid verdadera en el sentido de ser genuino en comparación con Israel que no actuó en armonía con su llamamiento.
Israel: era el tipo, la sombra en el A.T Jesús: era la realidad, el cumplimiento en el N.T
- Como el propósito es que la vid produzca mucho fruto, el foco de atención de la enseñanza de Jesús recae en las ramas y lo que ellas necesitan para dar seguridad de una buena cosecha.
- La operación más importante para mantener fructífera una vid es “La Poda”.
Entre los discípulos, Judas fue cortado y los otros debieron soportar experiencias duras de “poda” antes de producir fruto después de pentecostés.
- El principal propósito de de la alegoría de la vid es resaltar la importancia de la dependencia de Cristo para poder dar buen fruto. En otras palabras, un indicador de nuestra deficiente relación con el maestro, es la ausencia de fruto en nuestra vida.
*Permanecer = mantenerse, continuar, seguir, persistir, durar, resistir, quedarse, habitar, residir, vivir. Del verbo gr. “méno” que significa: quedarse en un lugar, permanecer en un estado, conservar una relación. (11 veces aparece la palabra “permanecer” en este cap.)
- No permanecemos en Cristo solo con el fin de llevar fruto…El fin más alto de esta dependencia es GLORIFICAR AL PADRE.
- Entonces, llevar mucho fruto, fruto que permanezca, es una forma en que glorificamos al Padre, es una forma bíblica y poderosa de “adorar” al Padre. Podemos preguntarnos si como adoradores estamos glorificando al Padre de esta manera que Cristo describe en Juan 15.
- (V.9) El modelo del amor del Padre por el Hijo es el modelo del amor del Hijo por sus discípulos.
- (V.10) El modelo de obediencia del Hijo al Padre es el modelo de obediencia de los discípulos a Jesús.
- (V.11) El gozo del que habla Jesús aquí es el mismo gozo que menciona Hebreos 12:2
- (V. 12-15) En el modelo del amor de Jesús por sus discípulos encontramos dos cosas importantes:
a) Dar su vida por sus amigos: ¿Estamos dispuestos a dar la vida por otros a quienes el Padre desea como amigos?
b) La diferencia en el cambio de relación de siervos a amigos de Dios no es de actitud sino de comunicación. Ambos, el siervo y el amigo deben obedecer. El siervo obedece ciegamente, el amigo confía, ama y por esta razón obedece.
- (V.16) La elección es divina y no a la inversa. El nos eligió para que llevemos mucho fruto y la promesa de que el Padre contestará nuestras oraciones es un resultado de su elección y no la consecuencia de que llevemos mucho fruto.

CONCLUSIONES:
El Padre no es la vid. El Padre es el dueño de la vid y el que la trabaja. Solamente él ve la vid en su totalidad y sabe dónde necesita ser podada, dónde necesita ser apuntalada, dónde necesita que la tierra alrededor de sus raíces sea movida. Él conoce las necesidades de la vid como no las pueden conocer los más astutos observadores humanos. El trabajo del Padre tiene el propósito de asegurar que la vid cumpla la función para la cual ha sido creada, que es producir vida y vida en abundancia.

Para asegurarse de este resultado el Padre realiza dos actividades fundamentales. Las ramas que no producen fruto las corta y las echa fuera. En esto, Cristo no andaba con rodeos, sino que dejó absolutamente claro el procedimiento del Padre. La rama existe para llevar el fruto que la vid produce en ella. La rama que no cumple esa función no puede permanecer en la vid como adorno. De persistir su infertilidad, aun habiéndole proporcionado los cuidados necesarios, se la quita de la planta. Esa rama está utilizando recursos y energía que podrían ser aprovechados mejor por las ramas que sí son productivas.

Una segunda actividad del Padre tiene que ver con las ramas que producen fruto. Cristo no dijo que las ramas se comparaban entre ellas para ver quien daba más uvas, o quien producía la más sabrosa fruta. Tampoco dice que el Padre les da una «palmadita» por su buen trabajo en producir fruto. El Señor declaró que el padre poda las ramas que dan fruto, para que produzcan mayor fruto. Cualquier productor sabe que este proceso, que es momentáneamente doloroso, acaba fortaleciendo la rama y la planta en general.

Para pensar:
La analogía apunta a dos claras conclusiones. En primer lugar, no existen categorías de ramas, algunas con «llamado» y otras no. Todas las ramas, sin excepción, deben producir fruto. Ninguna rama ha sido destinada a la función de decorar. En segundo lugar, nadie se salva de la tijera de Dios, ni siquiera los que «andan bien». ¡Todos son podados! Algunos para vida, y otros para muerte.

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