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jueves, 19 de marzo de 2009

La Supremacía de Dios en las Misiones a Través de la Adoración


La obra misionera no es la meta final de la iglesia. Lo es la adoración. Las misiones existen porque la adoración no existe. La adoración es absoluta, no así las misiones, porque Dios es la medida final de todas las cosas, no el hombre. Cuando termine ésta era, y los incontables millones de redimidos doblen sus rodillas ante el trono de Dios, las misiones se acabarán. La obra misionera es una necesidad temporal, pero la adoración permanece para siempre.

Por tanto, la adoración es el combustible y la meta de las misiones. Es la meta final de las misiones sencillamente porque por medio de las misiones nosotros simplemente ayudamos a llevar a las naciones al incandescente deleite de la gloria de Dios. El objetivo de las misiones es el gozo de los pueblos en la grandeza de Dios ¡Jehová reina! ¡Regocíjese la tierra! ¡Alégrense las muchas costas! (Salmo 97:1). “¡Alábenle, Dios, los pueblos, todos los pueblos te alaben! Alégrense y gócense las naciones” (Salmo 67:3–4). [¡Que te alaben, oh Dios, los pueblos; que todos los pueblos te alaben. Alégrense y canten con júbilo las naciones! (Salmo 67:3–4 NVI).]
La adoración es también el combustible de las misiones. La pasión por Dios en la adoración antecede a la proclamación de Dios por la predicación. No puedes recomendar lo que no aprecias. El misionero nunca exclamará, “Que se gocen las naciones” cuando no puede decirlo de corazón “Yo me regocijaré en Jehová…Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, Altísimo (Salmo 104:34; 9:2) Las misiones comienzan y terminan con la adoración.

Si a la búsqueda de la gloria de Dios no se le da prioridad sobre la búsqueda del bien del hombre (en los sentimientos del corazón) y sobre las prioridades de la iglesia, el hombre no será bien servido y Dios no será debidamente honrado. No estoy abogando que las misiones mengüen, sino que Dios se magnifique. Cuando la llama de la adoración arde con el calor del verdadero valor de Dios, la luz de las misiones brillará a los pueblos más lejanos de la tierra. ¡Y anhelo que ese día llegue pronto! Donde la pasión por Dios es débil, el celo por las misiones será débil. Las iglesias que no están centradas en la exaltación de la majestad y la belleza de Dios, escasamente encenderán un deseo ardiente para “proclamar entre las naciones su gloria” (Salmo 96:3). Aun los incrédulos sienten la disparidad entre la audacia de nuestra pretensión sobre las naciones y la tibieza de nuestro compromiso con Dios.

Tomado de:
¡ALEGRENSE LAS NACIONES! La Supremacía de Dios en las Misiones JOHN PIPER

sábado, 14 de marzo de 2009

ADORADORES SIN ROSTRO


Siempre que Dios se muestra, llama la atención del hombre y todo alrededor pasa a un segundo plano. Cuando el hombre mengua, Dios crece.

En Isaías 6 encontramos un secreto para los adoradores de Cristo en la tierra. En este capítulo el profeta Isaías tiene su encuentro con el mismo Dios. Cuando la persona del Señor se manifestó fue en un ambiente de adoración y aparecen en escena los serafines, guardianes de la presencia que levantan sus voces diciendo: “Santo, Santo, Santo, Señor de los ejércitos toda la tierra está llena de Su gloria”.
En esta experiencia del profeta se unieron el cielo y la tierra a causa de esa adoración. Esto es lo que anhelamos en esta generación: una adoración que une el cielo y la tierra. Para eso debemos seguir el modelo de Dios para los adoradores que se mueven en lo sobrenatural.

En Isaías. 6:2 dice que los adoradores celestiales tienen dos alas que cubren sus rostros, dos que cubren sus pies y dos alas con las que vuelan. Todo esto tiene un significado muy importante para los que quieren hacer en la tierra como es hecho en el cielo.

Cuando Dios aparece tenemos que esconder nuestro rostro, si estos serafines que fueron creados para adorar tienen que cubrir sus rostros cuando resplandece la gloria del Padre imagínate nosotros que somos polvo.

A veces escuchamos gente emocionada que dice en los cultos: “La gloria de Dios esta aquí”. Puede ser, pero necesitamos tener claro que cuando Dios aparece el hombre tiene que desaparecer. El Padre no necesita de publicidad sino de reconocimiento. Siempre que hubo una teofanía (aparición de Dios) en la biblia, la reacción de cualquier ser humano que estuviera cerca fue postrarse, rendirse, esconderse, en el caso de Juan en Apocalipsis 1 dice que cayó como muerto. Son diferentes las reacciones pero siempre tiene que ver con una actitud de profundo respeto y reverencia.

Hemos visto a través de las últimas dos décadas una generación de cristianos con talento cuyo sueño es tener su linda carita en la portada de un CD o en los afiches de congresos, se preocupan mucho por su apariencia, aman las luces, los autógrafos, el status ministerial, el éxito material, la auto promoción, el reconocimiento pero ¿será que hay gente dispuesta a no figurar de forma literal (a menguar) sólo por el placer de que Él crezca, se manifieste, se muestre, brille? No hay problema con la fama, Jesús era famoso, pero un hijo de Dios debe saber el momento de desaparecer. Jesús hacía esto, cuando sentía que le iban a hacer Rey antes de tiempo, corría al monte, al secreto, a un lugar escondido.

Nuestro problema es que muchas veces dependemos de la imagen de un “hombre o mujer de Dios” que nos lleve a Dios. Nos gusta depender de alguien o que dependan de nosotros para algo. Pero esto no es bíblico, no hay mediador entre Dios y el hombre, solo Jesucristo hombre (I Tim. 2:5).

Creo que es el tiempo de un cambio de mentalidad urgente. Como ministros, somos solamente amigos del novio que servimos en un encuentro entre el Novio (Cristo) y la Novia (Iglesia).

“El que tiene la esposa es el esposo, mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido. Es necesario que Él crezca, pero que yo mengue.” Juan 3:29-30

Es como una pareja que está en su cena romántica a luz de velas, está en un restaurante donde hay una música de fondo para producir un clima agradable. La idea es que la música tocada y cantada sea sólo una herramienta para que la pareja se enamore y no para llamar la atención hacia los músicos o al cantante.
Imagínate que el cantante en el restaurante diga a la novia que tiene que hacer: -“Levanta tus manos, canta esto, dile a la persona que está a tu lado…, da un grito de júbilo!” ¡No tiene sentido! Nadie se acuerda del rostro del que tocaba y cantaba pero el objetivo fue cumplido.

Este es un adorador sin rostro, alguien que tiene su mayor placer en que Cristo abrace su iglesia en intimidad, alguien que no quiere distraer a la novia, que no llama la atención hacia el mismo, sino que facilita un ambiente propicio para que se logre el objetivo: Una generación apasionada por Jesús.

Por Marcos Brunet - © 2009
www.tomatulugar.com

Edición - José Rueda

lunes, 9 de marzo de 2009

COMO BENEFICIA A OTROS NUESTRO SUFRIMIENTO


INTRODUCCIÓN
PARÁBOLA DE LA PERLA
El origen de la perla es la clave para entender la parábola. Todas las perlas se encuentran en las ostras. Una perla se forma cuando un grano de arena entra por accidente en una ostra. Este grano irrita su organismo y como resultado la ostra emite una sustancia llamada nácar. En el nácar hay cristales que forman la perla cuando cubren el grano. La clave es que algo bello y precioso es formado de algo que irritaba.
En el mundo de la joyería hay muchas formas de perlas: peras, campanas, y gotas. También hay una variedad de colores: blanco, negro, rosa, y crema. Las ostras son pescadas y examinadas para ver si contienen una perla.
El reino de los cielos es como un mercader que busca perlas espirituales. Lo que el mercader busca en verdad es algo doloroso que se ha convertido en algo precioso en vez de amargura. Todos los nacidos de nuevo están buscando perlas espirituales.

LA PERLA DE GRAN PRECIO ES JESÚS.
Jesús sufrió dolor. Fue perseguido. Fue burlado. Lo golpearon y clavaron a una cruz. ¡Jesús sufrió dolor! Sufrió dolor pero no fue ofendido. Los hijos de Dios no se ofenden (Salmos 119:165). Los hijos de Dios sí sufren dolor al ser enfrentados por la iniquidad. En la cruz, Jesús expresó su actitud hacia los que le ofendieron de esta forma, "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen." Jesús convirtió su dolor en una perla. Cristo se hizo la perla de gran precio por medio del dolor. "quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente" (I de Pedro 2:23).
No hay nada en el mundo ni en el cielo más precioso que el sufrimiento en la cruz convertido en una perla.
Bueno, mi amigo, ¿que está haciendo usted con su dolor? ¿Qué está haciendo con las irritaciones y las palabras injustas? ¿Qué estamos haciendo con el dolor causado por el maltrato?
¿Estamos permitiendo que se convierta en amargura? ¿Estamos permitiendo que intervenga entre nosotros y nuestros hermanos en Cristo? ¿O estamos convirtiendo el dolor en nácar?
"También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró."
Puedes permitir que el dolor te siga irritando o puedes convertir tu dolor en una perla preciosa.

ES IMPOSIBLE VIVIR ESTA VIDA SIN SUFRIR DOLOR.
Todos hemos sido golpeados. Algunas veces la culpa es nuestra. Otras veces sufrimos porque ha habido mal entendidos.
Sí, usted ha sufrido dolor. Tal vez a través de su esposo o esposa, o quizás a manos de su mejor amigo. El dolor es tanto una parte de la vida espiritual como el respirar es parte de la vida física. No me refiero al ser ofendido, sino al dolor.
El dolor es esencial para la creación de una perla. No llore por su dolor y no culpe a los demás. Mejor, conviértase en un creador de perlas. De gracias a Dios por el dolor. No hay ninguna otra forma de crear perlas sin dolor… Necesitamos perlas en la iglesia… El dolor se puede convertir en algo precioso si seguimos los pasos de Jesús.
Ahora sabe el secreto de los santos. Sus vidas no han sido fáciles. Han llegado a ese punto en sus vidas espirituales porque han sabido convertir su dolor en perlas. Quizás usted también podrá convertirse en una perla de gran precio.
Por último, ese dolor, ese grano de arena que se transforma en una perla, queda siempre por dentro de la perla porque es un símbolo y recuerdo de la gracia de Dios y el poder de su reino. Las llagas en el cuerpo de Jesús ilustran lo que significa la arena en la ostra. Fueron estas llagas que quedaron marcadas en su cuerpo por siempre. No siguen doliendo, pero sí siguen enseñándonos de la gloria de la cruz y los secretos del reino de los cielos.

DESARROLLO
El propósito de un cuerpo unido va más allá del servicio Dominical. Aquellos que determinen a ocupar su lugar en el cuerpo de Cristo deben estar alerta a los engaños del enemigo si quieren permanecer firmes. Muchas veces en las Escrituras, Jesús habla del cuerpo de la iglesia en término de un rebaño de ovejas, y haciéndolo desarrolla algunas analogías que son importantes que entendamos.

LEER Juan 10: 11-13
Primero que todo, mire que el lobo logra atacar el rebaño. Se nos dice que logra dispersarlas, que es la reacción natural cuando se atemorizan. Es una estrategia muy efectiva considerando que la única defensa natural de las ovejas es estar juntas. ¿Puede ver la analogía? El cuerpo de Cristo solo puede existir cuando los miembros permanecen unidos. Nuestra única protección como cuerpo es nuestra conexión unos con otros. Y, consecuentemente, vemos al enemigo espiritual trabajando con diligencia en la iglesia local para dispersar a los miembros. El sabe que no tenemos oportunidad cuando estamos aislados y sin cobertura.

La treta en el ataque del enemigo al cuerpo de Cristo es que con frecuencia viene en forma de ofensa, difamación, peleas, etc. entre los miembros. Y así, con más frecuencia que no, fallamos en reconocer la mano del enemigo trabajando y en lugar nos enfrascamos los unos contra los otros. En Hechos capitulo 20, Pablo alerta a la iglesia de Éfeso sobre esto mismo.

LEER Hechos 20: 29-31 / Efesios 4: 16

del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados…’ ”
Marcos 10:35-40 (ver también Mateo 26:39)

¿Cómo justifica uno la idea que un Dios amoroso permitiría y aun iniciaría sufrimiento en la vida de sus hijos? Es un concepto muy difícil de entender, con mucha frecuencia, el tema es evitado del todo en la iglesia. Pero es una realidad que no podemos omitir. No solo Dios permite que los rectos sufran sin razón aparente, sino que realmente orquesto la peor y más humillante de las muertes para Su Hijo unigénito. Isaías 53:10 va más lejos y dice, “El Señor quiso experimentarlo en el sufrimiento.” Y así debemos encarar el hecho de que el sufrimiento juega un papel muy importante en el gran esquema de las cosas y que su voluntad perfecta incluye también NUESTRO sufrimiento.
No podemos dar la espalda a las realidades de esta vida del mismo modo que no podemos darnos el lujo de malinterpretar las intenciones de Dios hacia nosotros. Oswald Chambers dijo en Lo Mas Alto por lo Supremo:

“A menos que podamos mirar al hecho mas negro y oscuro a la cara sin dañar el carácter de Dios, todavía no Le conocemos.”
Es solo en el sufrimiento que verdaderamente llegamos a CONOCER a Dios y comprender que su gracia es suficiente para nosotros. Si nos encontramos dudando de su carácter cuando hay problemas, podemos tener la seguridad que hemos estado evadiendo esta misma cosa.

El bautismo en el Sufrimiento es muy diferente en su propósito. Mientras la prueba por el fuego tiene la intención de purificarnos y santificarnos, el Bautismo en el Sufrimiento es principalmente para el beneficio de OTROS.

LEER Isaías 53: 5
Considere, por un momento, el sufrimiento de Jesús. No fue por su propio beneficio sino por el nuestro. El sacrificio de sufrimiento de Jesús fue la demostración suprema del amor de Dios por nosotros. Aquel fue permitido para que podamos ser curados y liberados. Hebreos 2:10 nos dice que Jesús fue hecho “perfecto por el sufrimiento”. Y en el capitulo 5, versos 8 y 9, el autor de Hebreos escribe:

“Aunque el era un hijo, aprendió a obedecer por el sufrimiento y, una vez hecho perfecto, se convirtió en la fuente de la salvación eterna para todos los que lo obedecen”.

“IDENTIFICACIÓN” CON EL SUFRIMIENTO.
El sufrimiento trae quebrantamiento, que sirve a un propósito principal en la economía de Dios. Somos quebrantados de modo que la vida de Dios fluya por medio de nosotros a los demás. Somos como las vasijas de barro de que se habla en Marcos 14:3 – debemos ser rotas para revelar el tesoro interior, que es Jesucristo. Y es por eso que la Biblia pone en tal alto precio al corazón contrito y quebrantado (ver Isaías 57:15 y Salmos 51:17 y 34:18).

LEER Isaías 66:2
Como es verdad con todos los bautismos, solo somos introducidos en el Bautismo en el Sufrimiento por elección. Ciertamente, el sufrimiento es una parte inevitable de la vida. Aquellos que no son salvos sufren por sus pecados, pero nosotros como hijos de Dios hemos recibido el privilegio de sufrir por Su gloria. En Marcos 10:35-40 encontramos un relato casi divertido de dos discípulos, Santiago y Juan, pidiéndole a Jesús que les concediera lugares de honor en el cielo. Y la respuesta de Jesús fue esta:

“No sabéis lo que pedís…. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?”

Encontramos después en el Nuevo Testamento muchos ejemplos de sufrimiento mientras los discípulos, motivados por su amor a Cristo, recorrieron el mundo conocido con las Buenas Nuevas.

LEER 1 Corintios 4: 9-13
Tristemente, hoy en día muchas iglesias no se acercan demasiado al tema de sufrir por amor a Cristo. El cuerpo de Cristo ha sido arrullado hasta el sueño por mensajes de bienestar y doctrinas de prosperidad. Y hacemos todo lo que podemos para evitar el sufrimiento, no importando que tan noble sea la causa. Pero no hay atajo en la persecución y el sufrimiento si queremos vivir con rectitud.

LEER Juan 15: 20
Más aun, estamos destinados a perder mucho evitando esta comisión. Sufrir por el nombre de Jesús no es algo que estemos llamados a soportar sino mas bien un honor que se nos ha concedido. Jesús incluyo esto como una “BENDICIÓN” en las Bienaventuranzas (vea Mateo 5:11 y 12). Junto con los mansos, los misericordiosos, y los pobres de espíritu, Jesús contó los que sufren persecuciones como bendecidos por Dios.

LEER Filipenses 1:29 / 1 Pedro 4: 12-19

Identificarse con el sufrimiento de Cristo es morir a la presión del pecado en nuestras vidas. Y este es el lugar en que la única cosa que nos importa es la voluntad de Dios. Cuanto hemos anhelado ser encontrados con esta resolución. Y sin embargo, cuanto hemos evitado el proceso. Dios nunca sobrepasara nuestra voluntad en este asunto. En lugar de eso, Él nos espera a que bebamos voluntariamente de Su copa.
“UN CAMBIO” de corazón es evidencia de la pérdida de si mismo.

Entrar en este bautismo es sacrificarse voluntariamente por el bien de otros, y a su vez, encontrar nuestras vidas en Él.

LEER Mateo 10:39
Podemos bendecir a otros por las cosas que hacemos o decimos, pero sufrir para revelar el amor de Dios nos cambiara a nosotros y a otros por la eternidad. Considérelo un regalo de Dios, pues Él confía en usted y en mí para mostrarle al mundo Su amor.

“LO NUEVO” de mucha gente nacida de nuevo.

Mientras que el resultado directo del Bautismo en el Sufrimiento es la salvación de otros, esta también trae el establecimiento y fortalecimiento de aquellos que caminan a través de este. Por estas experiencias nos hacemos inconmovibles en nuestra fe.

CONCLUSIÓN:
LEER 1 Pedro 5:10

domingo, 1 de marzo de 2009

JESÚS LA VID VERDADERA

José Rueda

Texto: Juan 15: 1-19

Textos en el A.T. que hablan del pueblo de Dios como una Vid.
Salmo 80:8-16 / Isaías 5:1-7 / Ezequiel 15:1-6 / 19:10-14

- Jesús es la vid verdadera en el sentido de ser genuino en comparación con Israel que no actuó en armonía con su llamamiento.
Israel: era el tipo, la sombra en el A.T Jesús: era la realidad, el cumplimiento en el N.T
- Como el propósito es que la vid produzca mucho fruto, el foco de atención de la enseñanza de Jesús recae en las ramas y lo que ellas necesitan para dar seguridad de una buena cosecha.
- La operación más importante para mantener fructífera una vid es “La Poda”.
Entre los discípulos, Judas fue cortado y los otros debieron soportar experiencias duras de “poda” antes de producir fruto después de pentecostés.
- El principal propósito de de la alegoría de la vid es resaltar la importancia de la dependencia de Cristo para poder dar buen fruto. En otras palabras, un indicador de nuestra deficiente relación con el maestro, es la ausencia de fruto en nuestra vida.
*Permanecer = mantenerse, continuar, seguir, persistir, durar, resistir, quedarse, habitar, residir, vivir. Del verbo gr. “méno” que significa: quedarse en un lugar, permanecer en un estado, conservar una relación. (11 veces aparece la palabra “permanecer” en este cap.)
- No permanecemos en Cristo solo con el fin de llevar fruto…El fin más alto de esta dependencia es GLORIFICAR AL PADRE.
- Entonces, llevar mucho fruto, fruto que permanezca, es una forma en que glorificamos al Padre, es una forma bíblica y poderosa de “adorar” al Padre. Podemos preguntarnos si como adoradores estamos glorificando al Padre de esta manera que Cristo describe en Juan 15.
- (V.9) El modelo del amor del Padre por el Hijo es el modelo del amor del Hijo por sus discípulos.
- (V.10) El modelo de obediencia del Hijo al Padre es el modelo de obediencia de los discípulos a Jesús.
- (V.11) El gozo del que habla Jesús aquí es el mismo gozo que menciona Hebreos 12:2
- (V. 12-15) En el modelo del amor de Jesús por sus discípulos encontramos dos cosas importantes:
a) Dar su vida por sus amigos: ¿Estamos dispuestos a dar la vida por otros a quienes el Padre desea como amigos?
b) La diferencia en el cambio de relación de siervos a amigos de Dios no es de actitud sino de comunicación. Ambos, el siervo y el amigo deben obedecer. El siervo obedece ciegamente, el amigo confía, ama y por esta razón obedece.
- (V.16) La elección es divina y no a la inversa. El nos eligió para que llevemos mucho fruto y la promesa de que el Padre contestará nuestras oraciones es un resultado de su elección y no la consecuencia de que llevemos mucho fruto.

CONCLUSIONES:
El Padre no es la vid. El Padre es el dueño de la vid y el que la trabaja. Solamente él ve la vid en su totalidad y sabe dónde necesita ser podada, dónde necesita ser apuntalada, dónde necesita que la tierra alrededor de sus raíces sea movida. Él conoce las necesidades de la vid como no las pueden conocer los más astutos observadores humanos. El trabajo del Padre tiene el propósito de asegurar que la vid cumpla la función para la cual ha sido creada, que es producir vida y vida en abundancia.

Para asegurarse de este resultado el Padre realiza dos actividades fundamentales. Las ramas que no producen fruto las corta y las echa fuera. En esto, Cristo no andaba con rodeos, sino que dejó absolutamente claro el procedimiento del Padre. La rama existe para llevar el fruto que la vid produce en ella. La rama que no cumple esa función no puede permanecer en la vid como adorno. De persistir su infertilidad, aun habiéndole proporcionado los cuidados necesarios, se la quita de la planta. Esa rama está utilizando recursos y energía que podrían ser aprovechados mejor por las ramas que sí son productivas.

Una segunda actividad del Padre tiene que ver con las ramas que producen fruto. Cristo no dijo que las ramas se comparaban entre ellas para ver quien daba más uvas, o quien producía la más sabrosa fruta. Tampoco dice que el Padre les da una «palmadita» por su buen trabajo en producir fruto. El Señor declaró que el padre poda las ramas que dan fruto, para que produzcan mayor fruto. Cualquier productor sabe que este proceso, que es momentáneamente doloroso, acaba fortaleciendo la rama y la planta en general.

Para pensar:
La analogía apunta a dos claras conclusiones. En primer lugar, no existen categorías de ramas, algunas con «llamado» y otras no. Todas las ramas, sin excepción, deben producir fruto. Ninguna rama ha sido destinada a la función de decorar. En segundo lugar, nadie se salva de la tijera de Dios, ni siquiera los que «andan bien». ¡Todos son podados! Algunos para vida, y otros para muerte.

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