INTRODUCCIÓN
PARÁBOLA DE LA PERLA
El origen de la perla es la clave para entender la parábola. Todas las perlas se encuentran en las ostras. Una perla se forma cuando un grano de arena entra por accidente en una ostra. Este grano irrita su organismo y como resultado la ostra emite una sustancia llamada nácar. En el nácar hay cristales que forman la perla cuando cubren el grano. La clave es que algo bello y precioso es formado de algo que irritaba.
En el mundo de la joyería hay muchas formas de perlas: peras, campanas, y gotas. También hay una variedad de colores: blanco, negro, rosa, y crema. Las ostras son pescadas y examinadas para ver si contienen una perla.
El reino de los cielos es como un mercader que busca perlas espirituales. Lo que el mercader busca en verdad es algo doloroso que se ha convertido en algo precioso en vez de amargura. Todos los nacidos de nuevo están buscando perlas espirituales.
LA PERLA DE GRAN PRECIO ES JESÚS.
Jesús sufrió dolor. Fue perseguido. Fue burlado. Lo golpearon y clavaron a una cruz. ¡Jesús sufrió dolor! Sufrió dolor pero no fue ofendido. Los hijos de Dios no se ofenden (Salmos 119:165). Los hijos de Dios sí sufren dolor al ser enfrentados por la iniquidad. En la cruz, Jesús expresó su actitud hacia los que le ofendieron de esta forma, "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen." Jesús convirtió su dolor en una perla. Cristo se hizo la perla de gran precio por medio del dolor. "quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente" (I de Pedro 2:23).
No hay nada en el mundo ni en el cielo más precioso que el sufrimiento en la cruz convertido en una perla.
Bueno, mi amigo, ¿que está haciendo usted con su dolor? ¿Qué está haciendo con las irritaciones y las palabras injustas? ¿Qué estamos haciendo con el dolor causado por el maltrato?
¿Estamos permitiendo que se convierta en amargura? ¿Estamos permitiendo que intervenga entre nosotros y nuestros hermanos en Cristo? ¿O estamos convirtiendo el dolor en nácar?
"También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró."
Puedes permitir que el dolor te siga irritando o puedes convertir tu dolor en una perla preciosa.
ES IMPOSIBLE VIVIR ESTA VIDA SIN SUFRIR DOLOR.
Todos hemos sido golpeados. Algunas veces la culpa es nuestra. Otras veces sufrimos porque ha habido mal entendidos.
Sí, usted ha sufrido dolor. Tal vez a través de su esposo o esposa, o quizás a manos de su mejor amigo. El dolor es tanto una parte de la vida espiritual como el respirar es parte de la vida física. No me refiero al ser ofendido, sino al dolor.
El dolor es esencial para la creación de una perla. No llore por su dolor y no culpe a los demás. Mejor, conviértase en un creador de perlas. De gracias a Dios por el dolor. No hay ninguna otra forma de crear perlas sin dolor… Necesitamos perlas en la iglesia… El dolor se puede convertir en algo precioso si seguimos los pasos de Jesús.
Ahora sabe el secreto de los santos. Sus vidas no han sido fáciles. Han llegado a ese punto en sus vidas espirituales porque han sabido convertir su dolor en perlas. Quizás usted también podrá convertirse en una perla de gran precio.
Por último, ese dolor, ese grano de arena que se transforma en una perla, queda siempre por dentro de la perla porque es un símbolo y recuerdo de la gracia de Dios y el poder de su reino. Las llagas en el cuerpo de Jesús ilustran lo que significa la arena en la ostra. Fueron estas llagas que quedaron marcadas en su cuerpo por siempre. No siguen doliendo, pero sí siguen enseñándonos de la gloria de la cruz y los secretos del reino de los cielos.
DESARROLLO
El propósito de un cuerpo unido va más allá del servicio Dominical. Aquellos que determinen a ocupar su lugar en el cuerpo de Cristo deben estar alerta a los engaños del enemigo si quieren permanecer firmes. Muchas veces en las Escrituras, Jesús habla del cuerpo de la iglesia en término de un rebaño de ovejas, y haciéndolo desarrolla algunas analogías que son importantes que entendamos.
LEER Juan 10: 11-13
Primero que todo, mire que el lobo logra atacar el rebaño. Se nos dice que logra dispersarlas, que es la reacción natural cuando se atemorizan. Es una estrategia muy efectiva considerando que la única defensa natural de las ovejas es estar juntas. ¿Puede ver la analogía? El cuerpo de Cristo solo puede existir cuando los miembros permanecen unidos. Nuestra única protección como cuerpo es nuestra conexión unos con otros. Y, consecuentemente, vemos al enemigo espiritual trabajando con diligencia en la iglesia local para dispersar a los miembros. El sabe que no tenemos oportunidad cuando estamos aislados y sin cobertura.
La treta en el ataque del enemigo al cuerpo de Cristo es que con frecuencia viene en forma de ofensa, difamación, peleas, etc. entre los miembros. Y así, con más frecuencia que no, fallamos en reconocer la mano del enemigo trabajando y en lugar nos enfrascamos los unos contra los otros. En Hechos capitulo 20, Pablo alerta a la iglesia de Éfeso sobre esto mismo.
LEER Hechos 20: 29-31 / Efesios 4: 16
del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados…’ ”
– Marcos 10:35-40 (ver también Mateo 26:39)
¿Cómo justifica uno la idea que un Dios amoroso permitiría y aun iniciaría sufrimiento en la vida de sus hijos? Es un concepto muy difícil de entender, con mucha frecuencia, el tema es evitado del todo en la iglesia. Pero es una realidad que no podemos omitir. No solo Dios permite que los rectos sufran sin razón aparente, sino que realmente orquesto la peor y más humillante de las muertes para Su Hijo unigénito. Isaías 53:10 va más lejos y dice, “El Señor quiso experimentarlo en el sufrimiento.” Y así debemos encarar el hecho de que el sufrimiento juega un papel muy importante en el gran esquema de las cosas y que su voluntad perfecta incluye también NUESTRO sufrimiento.
No podemos dar la espalda a las realidades de esta vida del mismo modo que no podemos darnos el lujo de malinterpretar las intenciones de Dios hacia nosotros. Oswald Chambers dijo en Lo Mas Alto por lo Supremo:
“A menos que podamos mirar al hecho mas negro y oscuro a la cara sin dañar el carácter de Dios, todavía no Le conocemos.”
Es solo en el sufrimiento que verdaderamente llegamos a CONOCER a Dios y comprender que su gracia es suficiente para nosotros. Si nos encontramos dudando de su carácter cuando hay problemas, podemos tener la seguridad que hemos estado evadiendo esta misma cosa.
El bautismo en el Sufrimiento es muy diferente en su propósito. Mientras la prueba por el fuego tiene la intención de purificarnos y santificarnos, el Bautismo en el Sufrimiento es principalmente para el beneficio de OTROS.
LEER Isaías 53: 5
Considere, por un momento, el sufrimiento de Jesús. No fue por su propio beneficio sino por el nuestro. El sacrificio de sufrimiento de Jesús fue la demostración suprema del amor de Dios por nosotros. Aquel fue permitido para que podamos ser curados y liberados. Hebreos 2:10 nos dice que Jesús fue hecho “perfecto por el sufrimiento”. Y en el capitulo 5, versos 8 y 9, el autor de Hebreos escribe:
“Aunque el era un hijo, aprendió a obedecer por el sufrimiento y, una vez hecho perfecto, se convirtió en la fuente de la salvación eterna para todos los que lo obedecen”.
“IDENTIFICACIÓN” CON EL SUFRIMIENTO.
El sufrimiento trae quebrantamiento, que sirve a un propósito principal en la economía de Dios. Somos quebrantados de modo que la vida de Dios fluya por medio de nosotros a los demás. Somos como las vasijas de barro de que se habla en Marcos 14:3 – debemos ser rotas para revelar el tesoro interior, que es Jesucristo. Y es por eso que la Biblia pone en tal alto precio al corazón contrito y quebrantado (ver Isaías 57:15 y Salmos 51:17 y 34:18).
LEER Isaías 66:2
Como es verdad con todos los bautismos, solo somos introducidos en el Bautismo en el Sufrimiento por elección. Ciertamente, el sufrimiento es una parte inevitable de la vida. Aquellos que no son salvos sufren por sus pecados, pero nosotros como hijos de Dios hemos recibido el privilegio de sufrir por Su gloria. En Marcos 10:35-40 encontramos un relato casi divertido de dos discípulos, Santiago y Juan, pidiéndole a Jesús que les concediera lugares de honor en el cielo. Y la respuesta de Jesús fue esta:
“No sabéis lo que pedís…. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?”
Encontramos después en el Nuevo Testamento muchos ejemplos de sufrimiento mientras los discípulos, motivados por su amor a Cristo, recorrieron el mundo conocido con las Buenas Nuevas.
LEER 1 Corintios 4: 9-13
Tristemente, hoy en día muchas iglesias no se acercan demasiado al tema de sufrir por amor a Cristo. El cuerpo de Cristo ha sido arrullado hasta el sueño por mensajes de bienestar y doctrinas de prosperidad. Y hacemos todo lo que podemos para evitar el sufrimiento, no importando que tan noble sea la causa. Pero no hay atajo en la persecución y el sufrimiento si queremos vivir con rectitud.
LEER Juan 15: 20
Más aun, estamos destinados a perder mucho evitando esta comisión. Sufrir por el nombre de Jesús no es algo que estemos llamados a soportar sino mas bien un honor que se nos ha concedido. Jesús incluyo esto como una “BENDICIÓN” en las Bienaventuranzas (vea Mateo 5:11 y 12). Junto con los mansos, los misericordiosos, y los pobres de espíritu, Jesús contó los que sufren persecuciones como bendecidos por Dios.
LEER Filipenses 1:29 / 1 Pedro 4: 12-19
Identificarse con el sufrimiento de Cristo es morir a la presión del pecado en nuestras vidas. Y este es el lugar en que la única cosa que nos importa es la voluntad de Dios. Cuanto hemos anhelado ser encontrados con esta resolución. Y sin embargo, cuanto hemos evitado el proceso. Dios nunca sobrepasara nuestra voluntad en este asunto. En lugar de eso, Él nos espera a que bebamos voluntariamente de Su copa.
“UN CAMBIO” de corazón es evidencia de la pérdida de si mismo.
Entrar en este bautismo es sacrificarse voluntariamente por el bien de otros, y a su vez, encontrar nuestras vidas en Él.
LEER Mateo 10:39
Podemos bendecir a otros por las cosas que hacemos o decimos, pero sufrir para revelar el amor de Dios nos cambiara a nosotros y a otros por la eternidad. Considérelo un regalo de Dios, pues Él confía en usted y en mí para mostrarle al mundo Su amor.
“LO NUEVO” de mucha gente nacida de nuevo.
Mientras que el resultado directo del Bautismo en el Sufrimiento es la salvación de otros, esta también trae el establecimiento y fortalecimiento de aquellos que caminan a través de este. Por estas experiencias nos hacemos inconmovibles en nuestra fe.
CONCLUSIÓN:
LEER 1 Pedro 5:10