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viernes, 24 de diciembre de 2010

LA LUZ RESPLANDECE EN LAS TINIEBLAS, Y LAS TINIEBLAS NO LA DOMINARON. ¡Esto es NAVIDAD! Juan 1:5


En las vidrieras de la juguetería del barrio en que nací, cada Navidad armaban un gigantesco pesebre, al que no le faltaba nada: Pastores, Magos, estrella, José y María, el niño, el asno, el buey; pero más allá de esas conocidas figuras se encontraban también cascadas, montañas, cuevas, bandadas de patos, caravanas de camellos, lagos con cisnes, etc.

La exhibición tenía un propósito comercial, por lo cual el juguetero circundaba el pesebre con un tren eléctrico que constituía su oferta de Navidad y que circulaba incansablemente entre pastores y rebaños. Nuestros ojos infantiles no reparaban en esos anacronismos, no nos poníamos a pensar en que una cosa no tenía nada que ver con la otra. En cambio, en nuestras almas se amalgamaban dos antagónicos sentimientos: la ternura y la codicia. Pero en aquel momento no podíamos tampoco diferenciarlos mucho.

Trajinando el tiempo, uno se encuentra nuevamente con la Navidad, pero ahora la mirada crítica se hace inevitable. También hoy, alrededor de la fiesta navideña, se dan cita la ternura y la codicia. El villancico suena incansablemente para enternecemos, el comercio se desborda sobre esta fiesta y la convierte en una suerte de mercado anual de las ilusiones, donde todo se compra y todo se vende, sin tener muy en cuenta su origen o significado.

Papá Noel, el árbol, las guirnaldas, el pan dulce, la ensalada de frutas, las nueces y avellanas, turrones, trineos y renos, falsos copos de nieve, intermitentes luces de colores, "Felices Fiestas”, postales con y sin música incorporada, muérdagos y... ¿para qué seguir? No obstante, nadie puede permanecer ajeno a tanta jubilosa actividad. Los sicólogos y sociólogos tal vez nos podrían hablar de evasión o alienación. Pero ¿cuál es el análisis pastoral?

Dos posturas antagónicas suelen manifestarse en estas fiestas, dos actitudes cuyo origen podría rastrearse en toda la historia, y que para nuestra comodidad vamos a llamar actitud represiva y actitud permisiva.

La actitud represiva trata infructuosamente de ignorar y denostar la Navidad. Motivos no le faltan: muchos de los elementos responden a tradiciones paganas que se infiltraron dentro del cristianismo (la fecha del 25 de diciembre, el "arbolito", etc.) y esta invasión llegó a tal extremo que hoy no sabemos muy bien si se celebra al Niño de Belén, a la familia propia o a Papá Noel (y, en rigor de verdad, tenemos que decir que entre los niños despierta más inquietudes el mítico personaje de níveas barbas que el Dios hecho hombre. Papá Noel es más recordado por los niños que el Jesús que se encarnó en Belén). Sin embargo, esta postura suele ignorar dos cosas importantes:

En primer lugar, que por más que se argumente contra la fiesta (negando la veracidad de la fecha, criticando los elementos paganos, censurando las costumbres tradicionales) la celebración se impone por la fuerza de la costumbre y, en segundo lugar y a consecuencia de esto último, se pierde una oportunidad importante de reivindicar los verdaderos valores que rodean el tema de la Navidad. La censura termina minando el festejo de la visitación más grande que la humanidad haya conocido jamás. Es como tirar el agua sucia con el niño que acabamos de asear allí.

Frente a esta postura represiva, muy difundida en nuestra infancia, aparece otra: la actitud permisiva, que admite e incluye todos los elementos tradicionales, sin cuestionarse demasiado su origen y significado y enfatizando la parte social y lúdica. Esta actitud cae en un sincretismo que muy poco favor le hace al pueblo de Dios en su necesidad de comprender y transmitir "el misterio de la piedad". Aquí es cuando Navidad es sinónimo directo de arbolito o de lo que trae Papá Noel. Lo más importante es que tenemos una fiesta con familiares, que habrá algo de fuegos artificiales y que la familia estará y reirá unida.

Creo que queda una tercera opción a considerar, la actitud reflexiva. La Navidad es un fenómeno social instalado para siempre en nuestros pueblos con raíces muy profundas. En los países que han recibido corrientes migratorias o aportes de otras razas, se observa con claridad cómo la celebración viene arrastrando elementos tradicionales de cada grupo étnico, reafirma su identidad a través de los símbolos que ha manejado su cultura en su país de origen.
Pero ningún cristiano está cerrado a una propuesta espiritual y reflexiva. Esas propuestas pueden llegar a transformar una celebración frívola en una experiencia espiritual importante. Tanto para propios como para los extraños presentes.

NAVIDAD no son los mejores o los buenos deseos sino LAS ACCIONES CONCRETAS para abandonar las tinieblas y abrazar la LUZ que nos fue enviada de lo alto. (JRC)

sábado, 25 de septiembre de 2010

MI RESPIRAR – Louie Giglio.


¿Dónde adoras? ¿Por qué es importante la adoración? No desperdicies tu adoración. La Guerra por tu Adoración. Ten Cuidado con lo que Eliges

¿DÓNDE ADORAS?
Adoras cada día, todo el día, en cada lugar. Es lo que haces, es lo que eres.

Para algunos, es la oficina. Para otros, el espejo. "¡Cuando tú sigues el rastro de tu tiempo, tu energía, tu afecto y tu dinero", dice Louie Giglio, "encuentras un trono. Y lo que sea o quien sea que esté en ese trono es el objeto de tu adoración!"

Inhala el aire fresco de esta adoración eterna, y aprende a entregar toda tu vida al Único digno de ella.

Es posible que no te consideres la clase de persona que “adora”, pero no puedes sino adorar…algo. Para eso existes.
Si por alguna razón eligieras no darle a Dios lo que Él desea, de todas maneras adorarás…solo cambiando al Creador por algo que Él ha creado.

Piensa sencillamente de esta manera. La adoración se trata de VALOR. La adoración es nuestra respuesta a lo que más VALORAMOS.

Aquello que adoramos quizá sea una relación, un sueño, una posición, una condición social, algo de nuestra propiedad, un hombre, un empleo, algún tipo de placer. Le llames como le llames, esta “cosa” es lo que has incluido en tu corazón que es lo que tiene más valor para ti. Y lo que sea que tiene más valor para ti, es lo que adoras.

La adoración es en esencia, declarar lo que más valoramos. Como resultado, la adoración se convierte en la fuerza motriz de todo lo que hacemos. Nos referimos a todas las personas del planeta. Una multitud de almas que proclaman con cada aliento lo que es digno de su afecto, de su fidelidad. Proclamando a cada paso que adoran.

Algunos dirán que no son “religiosos”. Sin embargo, todo el mundo tiene un altar. Y todo altar tiene un trono. Es fácil, solo sigue el rastro de tu tiempo, tu afecto, tu energía, tu dinero, tu fidelidad. Al final del sendero encontrarás un trono; y lo que sea, o quien sea que esté en ese trono, es lo que más valoras. En ese trono está lo que adoras.

Es posible que digamos que valoramos esta o aquella cosa más que cualquier otra, pero el volumen de nuestras acciones habla más alto que nuestras palabras. Al final, nuestra adoración es más sobre lo que hacemos que lo que decimos.

No solo todo el mundo adora, sino que siempre adora porque la adoración es la actividad del alma humana. La adoración sucede en todas partes y durante todo el día, ahora mismo , a lo largo y ancho de tu ciudad, de tu nación, en toda la tierra.

Algunas de las formas más puras de adoración se encuentran fuera de las paredes de los templos. Todo lo que tienes que hacer es ir a un concierto en un teatro de la localidad o asistir a un partido de algún deporte en un estadio cercano para ver adoración maravillosa. La gente va por eso: Levantan las manos, gritan con gozo, reclaman sus derechos, se paran admirados, declaran fidelidad. Es impresionante que estos lugares estén llenos de las mismas formas de adoración mencionadas en las páginas de las Escrituras, las mismas expresiones de adoración que Dios desea.

Si lo piensas con seriedad, la historia no ha conocido escasez de adoración. La vida de la humanidad está llena de billones de pequeños ídolos. Toda cultura, en cada rincón de la tierra, de todas las edades ha tenido sus dioses. La pregunta es: ¿Por qué? ¿Por qué ansiamos algo para adorar? La razón es que fuimos diseñados para eso. Nos hicieron para Dios.

La Biblia dice de esta manera: Todas las cosas fueron creadas por medio de Él; y todas las cosas se hicieron para Él. (Colosenses 1:16)

Dios te creó y como si fuera poco, te creó para Él. Como resultado, existe un radiocompás interno remachado en lo más hondo de tu alma que ansía de forma perpetua a su Hacedor. Un imán interno dirigido hacia Dios, halando tu ser hacia Él. Es por eso que salimos del vientre equipados para la conectividad con Dios pre conectados para la adoración. Y es por eso que, desde la más temprana edad, comenzamos a adorar.

¿Por qué es importante la adoración?
La adoración debe importarte sencillamente porque le importa a Dios. Porque la adoración no comienza con nosotros. La adoración comienza y termina con Dios. Él está por encima de todos los pequeños dioses que nosotros hacemos en la tierra. Sólo Él es el creador, el sustentador, el autor, el dador de la vida. El hacedor de la belleza.

Sal 19:1-4 Los cielos cuentan la gloria* de Dios, y el firmamento declara que Dios lo ha creado. Un día le cuenta a otro este mensaje, y cada noche a la siguiente. No se escucha lenguaje ni palabras, ni emiten una voz que podamos oír. Sin embargo, su voz atraviesa el mundo entero, sus palabras llegan al último rincón de la tierra.

Dios sabe quién es Él. Sabe lo que vale. Y sabe que nos hizo para su gloria.

No desperdicies tu adoración.
Nos crearon para adorar. Es por eso que tú y yo vamos a pasar nuestras vidas declarando el valor de algo. Como resultado tenemos que cerciorarnos que lo que declaramos ser del mayor valor, después de todo, es digno de verdad.

Es esencial que encuentres a Dios digno de la devoción de tu vida. Solo tienes una vida. Y sólo tienes una vida de adoración. Tienes una breve oportunidad en el tiempo para declarar tu fidelidad, para liberar tu afecto, para exaltar algo o alguien por encima de todo lo demás.

No desperdicies tu adoración en algún pequeño dios, desperdiciando tu derecho de nacimiento en ídolos hechos solo con la imaginación humana. Protege tu adoración y evalúa con cuidado a todos los consumidores potenciales. Lo que queremos decir es que cuando elevamos cualquiera cosa creada o imaginada al lugar más alto en nuestros corazones en lugar de Dios, hemos ido demasiado lejos.

Este aparte, por Rob Bell El segundo mandamiento dice: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza”. En el antiguo Cercano Oriente, los pueblos conceptualizaban sus muchos dioses utilizando imágenes. Se hacían estatuas, tallas, ídolos y representaciones físicas de los seres divinos que, según creían, controlaban su destino. Una estatua o una talla le daban forma, tamaño y profundidad a lo divino. Un ídolo le ayudaba a la gente a comprender quién y cómo era su dios.

Pero el verdadero Dios es diferente. Este Dios invita a las personas a convertirse en sacerdotes, en imagen y semejanza suya para mostrarle al mundo cómo es Dios A TRAVÉS DE SUS VIDAS. Este Dios no precisa de imágenes de madera, ni de piedra, ni de mármol, porque este Dios tiene un pueblo, este Dios está buscando un cuerpo, este Dios está buscando verdaderos adoradores. Este aparte, por Rob Bell

¡Grande es el Señor y digno de suprema alabanza, más temible que todos los dioses¡ Todos los dioses de las naciones no son nada, pero el Señor ha creado los cielos. Él esplendor y la majestad son sus heraldos; hay poder y belleza en su santuario. (Salmo 96: 4-6)

La Guerra por tu Adoración.
Cada día hay una batalla por tu adoración. Las cosas que elevamos. Los valores que servimos. Ninguna de esas elecciones se hace al vacío. Hay una guerra apasionada por nuestra adoración, y ha estado apasionada desde antes que existiera el tiempo.

Aún antes que existiera el tiempo, antes que se formara la tierra, uno de los ángeles más elevados de Dios salió como un rayo de su presencia, negándose a unirse a las filas de los verdaderos adoradores, rehusando exaltar a Dios por sobre todo.
La historia bíblica registra que en un instante Satanás cayó como un relámpago del cielo. Exaltándose más que Dios, a este ser le prohibieron la entrada a la presencia de Dios, sin embargo como estuvo en esa presencia, sabe que Dios es el centro de todo en el universo y digno de toda alabanza.

Aún así, debido al orgullo, no podía inclinarse. Estimulado por el ego, lidera una banda de hermanos caídos, esparciendo su insurrección a tantos como le es posible.

Ahí es donde entramos nosotros.

¿Cómo Satanás promueve hoy su rebelión contra Dios? Al competir con su supremacía a través de toda la tierra, liderando un género traidor a fin de cambiar “la verdad de Dios por la mentira” y adorar y servir “a los seres creados antes que al creador, quien es bendito por siempre”. Satanás no puede permitir que se realice la adoración, sino que engañará a cualquiera que se lo permita, llevándolos a pozos secos y a dioses insignificantes.

¿Sabes que es lo que Dios más desea de ti? Es la única cosa que ninguna otra persona en la tierra le puede dar: TU AFECTO. Sin embargo, al igual que Dios ansía tu amor, hay un enemigo que procura robarlo. Aquello por lo que compite el mundo y el enemigo es POR TU AFECTO hacia Dios.

1Jn 2:15-17 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

A estas alturas, quizá te digas: “Yo no inicié esta guerra de adoración, y no me interesa participar en ella. Solo quiero vivir mi vida, tomar mis decisiones, hacer mis cosas.

Esa, sin embargo, no es una opción. Nuestras vidas son un préstamo de Dios, un sagrado fideicomiso de oportunidades y decisiones. Y cada una de nuestras elecciones se hace en el campo de batalla con ramificaciones celestiales.

La Última Tentación
Mientras Jesús llegaba al final de su ayuno de 40 días, Jesús estaba agotado físicamente, pero bien cortante en lo espiritual. El enemigo, sin duda viendo que Jesús se sentía cansado, se le acercó con tres fortísimas tentaciones.

Tu recuerdas las primera: Si tienes hambre, convierte estas piedras en pan.

Y la segunda: Si eres el Hijo de Dios, salta de lo alto del templo. Estoy seguro que tu Padre, te atrapará mucho antes de que caigas a tierra.

Entonces, observa la última tentación. Fue un intento de prevalecer sobre la adoración a Cristo. Satanás le ofreció a Jesús todos los reinos de la tierra si Jesús se inclinaba y le adoraba. ¿En qué pensaba Satanás? Pedirle al Hijo de Dios que se inclinara y adorara a un tonto exiliado del cielo, alguien destinado a morir, alguien desterrado a un futuro eterno vacío de la belleza de los sonidos de los ángeles…¡Hablando de ser engañado¡

Escucha la respuesta de Jesús: Escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solo a ÉL”.

Tu adoración le importa a Dios, si no fuera así, a Satanás no le importaba robársela.

Ten Cuidado con lo que Eliges
Hay otra razón por la que la adoración debe importarte de verdad: Cualquier cosa que adores, en eso te conviertes. Aquello que adoras finalmente será lo que imites, cualquier cosa que imites, en eso te conviertes.

En otras palabras, cualquier cosa que valores más al final determinará lo que eres.

Si adoras el dinero, te volverás codicioso en tu corazón. Si adoras algún hábito pecaminoso, ese mismo pecado atrapará tu alma y envenenará tu carácter hasta la muerte. Si adoras las cosas materiales, tu vida se volverá material, vacía de significado eterno. Si das toda tu alabanza al dios “YO” te convertirás en un diosillo decepcionante tanto para ti como para todos los que confían en ti.

Escucha al salmista:

Sal 115:1-8 Señor, nosotros no merecemos recibir ningún honor; todos los honores deben ser para ti. Sólo tú debes recibir la gloria por tu fiel amor y lealtad. ¿Por qué tiene que preguntarnos la gente de otros pueblos: «¿Dónde está su Dios?» ¡Nuestro Dios está en el cielo y hace todo lo que le viene en gana! Los ídolos de esas naciones son oro y plata, productos hechos por manos humanas.
Tienen boca, pero no pueden hablar; tienen ojos, pero no pueden ver. Tienen oídos, pero no pueden oír; tienen nariz, pero no pueden oler. Tienen manos, pero no pueden tocar; tienen pies, pero no pueden caminar. No sale sonido alguno de su garganta. Así quedarán como esos ídolos los que los hacen y los que creen en ellos.


Semejantes a ellos son sus hacedores, y todos los que confían en ellos.

Dicho de una manera sencilla: Nos convertimos en lo que adoramos. Si no te gusta la forma que estás adoptando, haz un pequeño inventario de las cosas en el trono de tu corazón.

sábado, 21 de agosto de 2010

EL ORGULLO DEL HOMBRE CONTRA LA GLORIA DE DIOS - Notas de Arthur Burt (Último sobreviviente del avivamiento de Gales)


* El único oro que hay en mi vida es lo que hago para LA GLORIA DE DIOS. No es lo que "hago" sino el "por qué lo hago".
* Pro 16:5 Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; Ciertamente no quedará impune. (Abominación: Hb. toebá= repugnante, asqueroso, abominable, ídolo).
* El orgullo en la vida del adorador es como el mal aliento, todo e mundo se da cuenta que hiedes en tu orgullo menos tú.
* 1Pe 5:5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. 1Pe 5:6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
* Humillarse no es una virtud, es un deber y obligación del adorador.
* 2Cr 26:16 Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso.
* Alguien dijo que Dios no pudo haber matado a UZA solo por sostener el Arca. ¿Será que UZA se había familiarizado tanto con las cosas de Dios que le metió la mano a las cosas de Dios como si fuera "alguien"? ¿Será que UZA trató de sostener algo que Dios quería tumbar?.
* Qué significa SU GLORIA? EL CRÉDITO QUE MERECE SU NOMBRE.
* LA VERDAD es la gloria de Dios, no la gloria del hombre. Lo contrario de LA VERDAD es el orgullo y la soberbia del hombre.

* El joyero que encuentra la perla de gran precio desaloja y limpia todo su mostrador. ¿Dije todo? Sólo hay una cosa que permite en su estante. Es una cajita negra. Es bien probable que no valga ni siquiera un dólar americano. Pero la deja en el estante porque no distrae, no atrae. En realidad, como fondo, realza la perla de gran precio y así, entonces, pone la perla de gran precio en la cajita negra.

Y esto coincide con la declaración de la Escritura: "Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro [¿Por qué y para qué?] para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no [no, no, NO] de nosotros" (2 Cor 4.7 NVI).

Dios es celoso (Dt 4.24; 5.9) y vale la pena recordar que uno de sus muchos nombres es Celoso (Éx 34.14). Ahora bien, Él es correcto en su celo. Todos los demás son incorrectos en sus celos; en cambio Dios es recto. ¡El celo de Dios trata con aquello que en forma total y absoluta le pertenece exclusivamente a Él! Además, el celo humano se relaciona con lo que le pertenece a otro.

El orgullo es un sustituto para la gracia porque no reconoce lo que ha recibido por gracia. El orgullo cree que merece lo que Dios ha dado, y de este modo se exalta por encima de Dios (cree que es Dios) y viene a ser enemigo del Señor. Esto enfatiza la importancia de ser ordinario.

* ¿Cuántos de nosotros no hemos actuado como importantes, vestido como importantes, hablado como importantes y pretendido ser importantes, sobre la base de querer vendernos y exaltarnos ante los ojos humanos?

Es bueno recordar las palabras que Samuel le dirigió a Saúl: "...aunque eras pequeño a tus propios ojos..." (1 Sam 15.17 BDLA). ¿Cómo se ve usted? ¿Se ve como algo de mucha importancia o qué?

Dios hace mucho con poco, hace lo máximo con lo mínimo y hace todo con nada. ¿Dónde está el hombre que se ve como nada? El hombre que es poco ante sus propios ojos, tiene un Dios grande.

* Aquí está este hombre, ordinario como el Maestro, heraldo pero sin que toque trompeta sobre sí mismo. Le preguntaron: "¿Quién dices que eres? ¿De dónde vienes" y apenas declara lo ordinario que es.

"¿Qué dices acerca de ti?" y responde: "Es necesario que Él crezca y que yo disminuya" (Jn 3.30 RV-95). "Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, de quien no soy digno de desatar la correa del calzado" (Jn 1.27 RV). "Una voz. Esa es la importancia que tengo. He venido a proclamar y a servir de heraldo a Otro. Vine a declarar a Otro." Y este Juan el Bautista. Bastante ordinario. Nada acerca de sí mismo, sino todo para decir acerca de Jesús el Señor, el que vendría.

* Viví por una temporada con un hombre ordinario que todos piensan que fue extraordinario. Su nombre: Smith Wigglesworth. Se han escrito libros acerca de este hombre maravilloso. Pero, ¿es esa la verdad? ¿Hay hombres maravillosos? ¿O sólo hay Uno que es maravilloso? Y su nombre es Jesús.

* Bueno, la gloria de Dios no exige gente maravillosa, sino todo lo contrario, lo opuesto. Pide que quienes sean ordinarios reconozcan cuán ordinarios son, a fin de que en ellos pueda habitar y permanecer la Verdad, que es la gloria de Dios.

* El Señor hace cosas sorprendentes con insignificantes "ningunos" ó "don nadie"

* Orgullo. ¡El enemigo de la gloria de Dios!

Sigamos con este tema de ser ordinario que, en realidad, significa estar en la verdad. Porque la verdad es esta, soy ordinario. Soy, justo en el sentido aceptado y común, normal. Todavía no he llegado, pero ya me fui.
¿Me permiten ofrecer una alternativa para explicar porqué tenemos tan poco cuando Dios nos ha prometido mucho? Muy bien, soy cristiano desde hace más de 70 años. He hecho todo lo que se conoce y se ha establecido. Oré toda una noche. Ayuné de alimentos, espejo, nadar, y de muchas otras cosas. Pero todavía enfrento un punto, esta pregunta, ¿por qué tenemos tan poco? ¿Por qué la bolsa tiene agujeros? El Señor Jesús habla acerca de sufrimiento.

Sufrimiento. A medida que seguimos, ¿puedo decir esto? Porque no podemos sufrir lo que no tenemos. Este punto está envuelto en una frase que repito con frecuencia. "Si usted lo puede manejar, lo tiene; si no lo tiene, no lo puede manejar." Esa es la verdad simple y elemental. ¿Quién le daría a un niño de diez años el privilegio y la responsabilidad de sentarse en el puesto del chofer y manejar el timón de un automóvil? El niño se podría matar o matar a otros.

¿Puedo ofrecer esto? La respuesta viene a lo largo de la línea de ser ordinario y tener la verdad de ser ordinario. Todos son ordinarios, ya sea que lo crean o no. Pero, ¿cuántos creen que son en realidad ordinarios y traicionan ese hecho al intentar y anhelar ser extraordinarios? Todos buscamos aumentar mucho más que el asunto de disminuir. Sin embargo, Juan el Bautista dijo así: "Es necesario que él crezca, y que yo disminuya" (Jn 3.30 RV-95). Esto lo vio Juan el Bautista.

Dios es celoso y justo en su celo. No dará el crédito o la gloria a otro (Is 42.8). Hay evidencias muy fuertes acerca del celo de Dios. De Él son todas las cosas. Todas las cosas son de Él (Rom 11.36). Todos buscamos dejar de ser ordinarios. ¡Pero usted es ordinario, lo crea o no! Ahora bien, esta condenable actitud que Dios aborrece, el orgullo, la gloria del hombre, busca combatir la gloria de Dios.

El orgullo es enemigo de la gloria de Dios.
¡Es la rebeldía de la criatura contra el Creador! El orgullo encorseta la carne como aquellas mujeres que usan un corsé o una faja para aparentar lo que no son. El corsé empuja la carne hacia adentro, como en los días de la Reina Victoria cuando las damas lo empleaban.
Las señoras ricas ponían a su criada detrás para que les apretara las cintas al corsé. La sirvienta, con su rodilla en la espalda de la señora, ajustaba las cuerdas hasta darle a la dama una cintura como avispa. ¿Podría esto explicar la razón de los continuos desmayos de las damas victorianas? Es bien probable que sí. El corsé hacía entrar la carne; era un engaño. Las mujeres aparentaban ser más delgadas y frágiles. Hay una imitación que corresponde a esto dondequiera que el orgullo oculta la carne en el interior, para que parezca que no está allí.

Pero el orgullo es un monstruo de muchas cabezas. No es tan sólo como un corsé, es también como un globo. Si consigue su propósito, el orgullo inflará una cosa mucho más allá de lo que debería ser. ¿Qué pasa cuando el globo de un niño se infla al máximo? No cede y la boquilla del extremo no se puede atar para que se mantenga el aire. Éste, entonces, se escapa ¡shuuus! O si se puede amarrar, no basta sino la punta más delicada y…¡buuum, explota!

Bueno, hemos visto desaparecer a muchos. El orgullo o mantiene la carne adentro o la sopla. Varía entre hincharse o aplastarse. Si no puedo ser el héroe, todo está bien, entonces seré el villano. Pero no debo ser ordinario. Cualquier cosa que suceda, no debo estar en esa posición donde nadie nota, donde nadie se da cuenta…pasan por mi vitrina de exposición y ni siquiera miran. Mi orgullo exige que usted se detenga y me compre algo.

Note los medios que por lo común son evidencias de las ínfulas o de la vanidad de los seres humanos. Quizá no siempre pero pueden ser criaderos para el orgullo. Aretes, pelucas, anillos, tupés, cadenas, pendientes, pulseras, esclavas, sostenes, brazaletes. No todas estas cosas o todo el tiempo, pero muchas, y más, son la evidencia exterior de una condición interna que explica y soporta el deseo de ser notados. Se magnifican a sí mismos en el modo de andar, en la forma en que hablan o cómo visten. Todos estos elementos pueden ser pruebas de una cosa, orgullo.

“Quiero que sepa que no soy ordinario.” Me gusta dar a conocer mi propia dignidad con mis grados: MA, BA, DD, XYZ; todo lo que usted desee. Quiero que conozca usted mi título “‘Yo’ soy Pastor.” “‘Yo’ soy Profeta.” “‘Yo’ soy Evangelista.” “‘Yo’ soy Apóstol.” ¡Soberbia!


*LA META DEFINITIVA Y ÚLTIMA DE LA VIDA:
En un partido de fútbol, el gol es el objetivo. Finalmente no importa cuán bonito sea el equipo y cuán maravilloso espectáculo haga en el campo; lo definitivo es el gol. No el trabajo en conjunto, aunque pueda ser muy bonito o a pesar de que sea muy vistoso, pero ¿anotó goles? Esto es lo último, el gol. Y el resultado es cuántos goles se hayan marcado.

“¡Oh, el trabajo fue lindo! Usted debería haber visto cuán artístico…” Sin embargo, eso no interesa; a usted no se le ha puesto allí para montar un espectáculo. Usted está allí para marcar goles. Y así como pasa en el campo natural, lo mismo debe ser en el campo espiritual.

¿Cuál es el objetivo de Dios? Su gloria, la gloria de Dios. Y, ¿con qué se relaciona la gloria de Dios? Con que yo sea ordinario. ¡Con mi ordinariez!

Ciertamente nos es indispensable ver que esto busca producir el divino Director Técnico. Nada de charlas, nada de palabras, nada de espectáculos; tan sólo goles bien marcados.

Y el gol decisivo, la meta final consiste en que el crédito, la gloria, sea para Dios. Nada más, pero tampoco nada menos, porque todo lo que sobra es simple desperdicio. “…tuyo es el reino, y el poder, y la gloria…” (Mt 6.13 RV). Esa es la meta definitiva y última de la vida.

* TODOS SOMOS ORDINARIOS:
¡Si no tengo bien definida mi ordinariez, si no sé cuán ordinario soy, toco la gloria de Dios y entonces Él me toca! En su celo, no dará la gloria, el crédito, a otro. El poder divino solamente está salvo y seguro con y en lo ordinario.

Pero el ordinario debe reconocer cuán ordinario es. Todos somos ordinarios, todos somos vasijas de barro. Pero, ¿cuántos reconocen que el tesoro que se halla en el interior no es mío ni de nosotros? Este es el gran peligro. Este es el punto en que dejo de ser mayordomo, en que suspendo mis funciones de administrador. “…tuyo es el reino, y el poder, y la gloria…” (Mt 6.13 RV). El tesoro no es, no es, nuestro. Todos somos ordinarios. Pero, ¿lo creo?

* HUMILLANDONOS ANTE LA VERDAD:
Cuando usted tiene conciencia de su ordinariez, sin duda alguna se ve obligado a esperar. Si no tiene carro, espera el bus, espera el tren, o espera que un amigo le dé un aventón. Los individuos importantes aborrecen tener que esperar. También aborrecen que se les mantenga en espera. Usted debe esperarlos. “Pero los que esperan en el Señor, renovarán sus fuerzas…” (Is 40.31 BDLA). En cambio, siempre la gente ordinaria debe esperar.

Sólo los vehículos importantes, de emergencia, como el carro de bomberos, las ambulancias o la policía no tienen que esperar las luces del tráfico. ¿Acaso corro ante Dios? Porque soy ordinario debo aguardar el avión. A la hora fijada…Espero…Cálmese (véanse Gén 21.2; Is 40.31; Sal 46.10). Dios me reprende una y otra vez cuando dice: “Si no me consultas, me insultas.”

El regreso a mi primogenitura es humillarme ante la verdad que soy ordinario. El hombre normal de Dios, nuestro Señor Jesucristo declaró esta verdad: “No puedo yo hacer nada por mí mismo…” (Jn 5.30 RV). Qué ordinario. Cuán inútil. ¡Qué incapaz! Es el hombre más negativo que jamás existió, ¡pero ahora se convierte en el hombre más positivo que jamás haya habido!

Después de declarar que no puede hacer nada, entonces hace todo. Calma la tormenta. Resucita los muertos. Sana los enfermos. Convierte el agua en vino. Cuando alimenta la multitud con casi nada, cinco panes y dos peces, hay mucho más cuando termina que cuando comenzó.

¿Qué significa Él? “Nada puedo hacer.” Pero eso mismo lo califica, “No puedo yo hacer nada por mí mismo…” (Jn 5.30 RV). Luego, con toda calma declara: “…El Padre que vive en mí, es el que hace sus propias obras” (Jn 14.10 VP). ¿Creo esto? ¿Cree usted esto? Todo cuanto Jesús hizo, Jesús nunca lo hizo. La gloria es de Dios.

SI USTED ESTÁ LLENO DE EGOÍSMO, DIOS NO TIENE ESPACIO EN USTED.

SI USTED ES DEMASIADO GRANDE PARA SER DIRIGIDO, USTED ES MUY PEQUEÑO PARA DIRIGIR.

Arthur Burt (Inglaterra – www.arthurburt.com) – Tomado de How To Be Ordinary

sábado, 10 de julio de 2010

RASGANDO EL VELO – A. W. Tozer


Teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de Jesús. Hebreos 10 19
Entre los dichos famosos de los padres de la Iglesia ninguno es tan famoso como aquel de Agustín: "Tú nos hiciste para tí, y nuestros corazones no descansarán tranquilos hasta que no descansen en tí."

El eminente santo expresa aquí, en pocas palabras, el origen y la vida interior de la raza humana. Dios nos hizo para sí, y esta es la única explicación que satisface el corazón del hombre que piensa, no importa lo que diga su razón. Si la falta de cultura y la perversidad hacen que alguien piense de otro modo, y llegue a otra conclusión, hay poco que algún cristiano pueda hacer por él. Para tal persona no tengo ningún mensaje. Me dirijo a los que han sido enseñados en secreto por la sabiduría de Dios; me dirijo a los corazones sedientos, que han sido despertados por el toque de Dios en su fuero íntimo, y que no necesitan pruebas para saber lo que ha ocurrido muy adentro de sus almas. La inquietud de su corazón es toda la evidencia que necesitan.

Dios nos hizo para sí. El Compendio de Catecismo "aprobado por la Sagrada Asamblea de Westminster," según consta en los textos de la Nueva Inglaterra, contiene las antiguas preguntas qué y por qué, y contesta con una sola frase que difícilmente podría ser superada en obras no inspiradas. Pregunta "¿Cuál es el fin principal de la existencia del hombre?" Respuesta "El fin principal de la existencia del hombre es glorificar a Dios y gozar de su presencia por siempre jamás"' Concuerdan con esto los veinticuatro ancianos que cayeron sobre sus rostros y adoraron a aquel que vive y vivirá por los siglo de los siglos, diciendo, "Señor, digno eres de recibir gloria, y honra y virtud; porque tú criaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron criadas" (Apocalipsis 4:11).

Dios nos hizo para su placer, y nos hizo de tal manera que es posible para nosotros y él gustar de la dulce comunión de los seres afines Esto significa para nosotros poder verle, caminar en compañía de él y gustar de su sonrisa. Pero nosotros nos hemos hecho culpables de esa "vil sublevación" de que habla Millón en El Paraíso Perdido respecto de Satán y sus ángeles. Nos hemos separado de Dios. Hemos dejado de obedecerle y amarle, y a causa de nuestra culpa y el miedo que se apoderó de nosotros, hemos huido de él cuan lejos pudimos.

Pero, ¿quién puede huir de su presencia cuando los cielos, y los cielos de los cielos no pueden contenerle? Cuando como lo dice el sabio Salomón "el Espíritu del Señor llena la tierra!' La omnipresencia de Dios es una cosa, y es un hecho solemne, necesario para su perfección. Pero la manifestación de su presencia es otra cosa muy distinta. Y hemos huido de la presencia de Dios, como huyó Adán cuando se ocultó entre los árboles del huerto, o hemos exclamado como Pedro, "¡Apártate de mí, Señor, que soy hombre pecador!"

Así es como el hombre vive en la tierra alejado de la presencia de Dios, y por consiguiente, sin disfrutar del sitio que le corresponde. La pérdida de ese estado y condición para que fuera creado, es la causa de su incesante desasosiego. La obra completa de Dios en la redención tiene por objeto desbaratar los efectos de aquella vil sublevación, y ponernos otra vez en correcta y eterna relación con él. Para eso es necesario que nos despojemos de nuestros pecados, que se efectúe la entera reconciliación con Dios y vivamos de nuevo en su presencia como antes. La gracia preveniente de Dios es la que nos induce a buscarle y volver a su presencia. Esta gracia la notamos cuando hay inquietud y hambre en nuestro corazón, y nos sentimos impulsados a decir, "Me levantaré, e iré a mi Padre, y le diré: Padre, he pecado." Esta decisión es el primer paso, y como dijo el sabio chino Lao-Tsé, la ruta de mil millas comienza siempre con un paso"

El viaje interior del alma desde las malezas del pecado hasta la presencia de Dios lo tenemos ilustrado hermosamente en el Tabernáculo del Antiguo Testamento. Cuando el pecador se acercaba a Dios entraba primeramente al atrio, donde ofrecía una víctima, inmolada en el altar de bronce. Enseguida se lavaba en la fuente, también de bronce, que estaba al lado del altar.

Luego entraba al lugar santo, que no tenía más luz que la del candelabro de siete brazos, emblema de Jesucristo, la luz del mundo. En el lugar santo se hallaban también la mesa de los panes, figura de Cristo, el Pan de vida, y el altar de oro, donde se quemaba el incienso continuamente, figura de las incesantes oraciones.

Aun cuando un creyente se goce estando en el culto, eso no quiere decir que ha entrado a la presencia de Dios. Hay otro velo que separa el lugar santo del santísimo. En el lugar santísimo se hallaba el arca del pacto, toda recubierta de oro, con los querubines de gloria, también de oro. Sobre la tapa del arca, llamada el propiciatorio, se manifestaba la gloria de Dios. Mientras el Tabernáculo estuvo en funciones, solo el sumo sacerdote, y una vez al año, podía entrar a este lugar santísimo, y no sin sangre, que ofrecía por sus propios pecados y los de todo el pueblo.

Este velo espeso fue el que se rasgó en dos, de alto a abajo cuando Jesús murió en la cruz El escritor sagrado nos dice que este velo rasgado indica que ahora está abierto y libre el camino al cielo, por medio del cuerpo de Cristo abierto en la cruz. Todo lo que enseña el Nuevo Testamento concuerda con el Antiguo. Los redimidos de hoy no tienen por qué tener miedo de entrar al lugar santísimo. Dios quiere que nos abramos paso hasta su presencia, y que pasemos toda la vida allí. Y esto debe ser para nosotros una experiencia consciente. Una vida que se vive, cada día, más que una mera doctrina que se cree.

La luz que brillaba sobre el propiciatorio (Éxodo 40:34-38) era la manifestación visible de la presencia de Dios y el emblema de la orden de los levitas. Sin ella todo el culto del Tabernáculo y todo el sistema sacerdotal levítico carecerían de significado para Israel y para nosotros. Lo más importante del Tabernáculo era que la presencia de Jehová estaba allí. Allí, detrás del pesado velo, estaba Dios. Del mismo modo la presencia de Cristo en el alma del creyente es el hecho más importante del cristianismo. En el corazón del mensaje del evangelio está el propio Dios en persona, esperando que sus redimidos lo acepten y se den cuenta de su presencia. La clase de cristianismo actualmente de moda parece tener una noción solamente teórica de la presencia de Dios. Los que lo enseñan no parecen entender el privilegio que tiene el cristiano de saber que cuenta con la presencia de Dios. Se dice que estamos en la divina presencia posicionalmente, pero nada se menciona de la necesidad de estar en esa presencia experimentalmente. El fervor ardiente que inflamó a tantos hombres de Dios en el pasado parece haber desaparecido completamente. La actual generación de cristianos se mide a sí misma por esta medida imperfecta. Un contentamiento innoble ha reemplazado al celo ardiente. Nos declaramos satisfechos con nuestras posiciones legales y poco nos importa la presencia o no presencia de Dios en nuestra vida.

¿Quién es éste que brilla detrás del velo con llamas ardientes? No es otro que Dios mismo, "el Dios Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra y de todas las cosas visibles e invisibles!' Y, "un solo Señor Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios, que estuvo con el Padre antes de la creación de los mundos; Dios de dioses, luz de luces, el propio Dios, engendrado por el Padre, no hecho por él, pues es de la misma sustancia del Padre'.' Y, "el Espíritu Santo, Señor y Dador de la vida, que procede del Padre y del Hijo, el cual juntamente con el Padre y el Hijo, es adorado y glorificado, constituyendo un solo Trino Dios, la Trinidad unificada; sin confundir las personas ni separar la sustancia. Porque el Padre constituye una persona, el Hijo otra, y otra el Espíritu Santo, con la misma gloria y la misma eterna majestad." Así rezan los antiguos credos, y lo mismo declara la inspirada Palabra de Dios, la Biblia.

Detrás del velo está Dios. Ese Dios en pos del cual, con extraña inconsistencia, el mundo ha seguido en busca a ver si "por casualidad" daba con él. Dios se ha revelado en la naturaleza, y más perfectamente en la encarnación. Ahora quiere revelarse en plenitud a los humildes de alma y puros de corazón.

El mundo está pereciendo porque no conoce a Dios, y la iglesia languidece porque no goza de su presencia. La cura inmediata de todos nuestros males espirituales sería entrar a disfrutar de la presencia de Dios, y comprender que él está en nosotros y nosotros en él. Esto nos sacaría de nuestra lamentable estrechez y ensancharía nuestros corazones. Quemaría las impurezas de nuestra vida como quema los insectos y los hongos el fuego que estalla en el zarzal.

¡Cuan vasto mundo para recorrer y cuan inmenso mar para nadar es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo! Es eterno, lo cual significa que su existencia es anterior a los tiempos y estos no lo afectan en nada. El tiempo comienza y termina con él. Es inmutable, lo cual quiere decir que nunca ha cambiado y que no puede cambiar en la más ligera medida. Para cambiar tendría que pasar de lo mejor a lo peor o de lo peor a lo mejor. El no puede pasar jamás por ningún cambio de esa clase, porque siendo como es, perfecto, no puede ser más perfecto; y si llegase a ser menos perfecto ya no sería Dios. Dios es omnisciente, y esto significa que sin esfuerzo alguno él ve y conoce todo lo que existe y todo lo que ocurre. Para él no hay pasado ni futuro. El es lo que es y no se le puede aplicar ninguna de las otras calificaciones que se aplican a los seres creados. El amor, la misericordia y la justicia son suyas en grado perfecto, y su santidad es tan inefable que es imposible compararla con nada más, ni hay palabras capaces de expresarla.

El fuego es lo único que puede darnos remotamente una vaga idea de ello. En la zarza que vio Moisés apareció en forma de llamas; en el prolongado viaje por el desierto se mostró en forma de columna de humo de día y de fuego de noche. El fuego que ardía entre las alas de los querubines, recibía el nombre de shekinah, que significa "presencia." Así se manifestó Dios durante los años prósperos y felices de Israel. Y cuando la antigua dispensación fue reemplazada por la nueva, en el día de Pentecostés, descendió en forma de lenguas de fuego que se asentaron sobre los discípulos.

Spinoza habló acerca del amor intelectual de Dios. Pero el más alto grado del amor de Dios no es intelectual, sino espiritual. Dios es espíritu, y únicamente el espíritu del hombre puede llegar a conocerlo en realidad. El fuego divino debe arder en las profundidades del espíritu del hombre. Al no ser así, el amor del hombre no puede ser verdadero amor de Dios. Los grandes en el Reino de Dios son aquellos que lo han amado a El en el espíritu más que otros. Nosotros sabemos quiénes han sido éstos, y les rendimos el tributo de nuestra admiración. Basta que nos detengamos un minuto a pensar en ellos para que sus nombres desfilen ante nosotros con un perfume de mirra, casia y áloe.

Federico Faber fue una de esas almas que ansiaba conocer a Dios, y vivir cerca de él, como el corzo ansia las aguas para beber de ellas. Y la manera en que Dios se revela al corazón que le busca, inflama toda la vida del hombre, con un deseo tal de adorarle que rivaliza con el de los mismos serafines. El amor que siente por Dios se extiende a las otras personas del Dios trino, pero sabe sentir un amor especial por cada una de ellas. A Dios el Padre le canta:

Solo el pensar en ti, mi Dios,
¡cuánto placer me da!
Solo tu nombre mencionar,
trae felicidad.

Padre de Cristo, don de amor,
bien puedo imaginar
La dicha inmensa que dará
tu rostro contemplar.

Su amor por Jesucristo era tan intenso que amenazó con consumirlo; ardía en él como una dulce y santa locura, y fluía de sus labios como oro derretido. Dice en uno de sus sermones, "Dondequiera que miremos en la iglesia, allí está Jesús. El es el principio, el medio y el final de todo. No hay nada bueno, nada santo, nada hermoso, nada deleitable, que El no lo dé a sus siervos. Nadie necesita ser pobre, porque si él lo quiere, Jesús puede ser suyo. Nadie necesita abatirse, porque Jesús es el gozo del cielo, y lo que él más desea, es entrar en los corazones tristes. Podemos exagerar muchas cosas, pero jamás las obligaciones que tenemos para con él, ni la abundancia del amor que él tiene para nosotros. Podemos estar toda la vida hablando de Jesús, y aún no agotaríamos todo lo bello que podemos decir de él. La eternidad no bastará para llegar a conocerlo por completo, ni para alabarle por todo lo que ha hecho por nosotros. Pero eso no importa, porque de todos modos estaremos siempre con él, y no queremos hacer otra cosa." Luego, dirigiéndose al Señor, dice:

Te amo tanto, Salvador,
prendado estoy de ti.
Tu amor es fuego abrasador
que me consume a mí.

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miércoles, 10 de marzo de 2010

El Ajedrez y El Grano de Trigo - RENUEVO DE PLENITUD


Cuando un matemático oriental inventó el admirable juego de ajedrez, quiso el monarca de Persia conocer y premiar al inventor. Y cuenta el árabe Al-Sefadi que el rey ofreció a dicho inventor concederle el premio que solicitara.

El matemático se contentó con pedirle 1 grano de trigo por la primera casilla del tablero de ajedrez, 2 por la segunda, 4 por la tercera y así sucesivamente, siempre doblando, hasta la última de las 64 casillas.

El soberano persa casi se indignó de una petición que, a su parecer, no había de hacer honor a su liberalidad.

¿No quieres nada más? preguntó.

Con eso me bastará, le respondió el matemático.

El rey dio la orden a su gran visir de que, inmediatamente, quedaran satisfechos los deseos del sabio.¡Pero cuál no sería el asombro del visir, después de hacer el cálculo, viendo que era imposible dar cumplimiento a la orden!

Para darle al inventor la cantidad que pedía, no había trigo suficiente en los graneros reales, ni en los de toda Persia, ni en todos los de Asia.

El rey tuvo que confesar al sabio que no podía cumplirle su promesa, por no ser bastante rico.

Los términos de la progresión arrojan, en efecto, el siguiente resultado: diez y ocho trillones, cuatrocientos cuarenta y seis mil setecientos cuarenta y cuatro billones, setenta y tres mil setecientos nueve millones, quinientos cincuenta y un mil seiscientos quince granos de trigo.

En números sería 18.446.744.073.709.551.615

Sabido es que una libra de trigo, de tamaño medio, contiene 12.750 granos aproximadamente.¡Calcúlese las libras que necesitaba el rey para premiar al sabio! Más de las que produciría en ocho años toda la superficie de la Tierra, incluyendo los mares.

Con la cantidad de trigo reclamada, podría hacerse una pirámide de 9 millas inglesas de altura y 9 de longitud por 9 de latitud en la base; o bien una masa de 9 leguas cuadradas en su base, con una legua de altura. Semejante sólido sería equivalente a otro de 162.000 leguas cuadradas con un pie de altura.Para comprar esa cantidad de trigo, si la hubiera, no habría dinero bastante en este mundo.

Hay cosas que parecen sencillas, pero que en el fondo son profundas. Las cosas del Espíritu son profundas y sòlo Dios las conoce. Por eso la Biblia las llama Misterios. La salvación es un misterio, pero aunque sea un misterio, tú y yo las podemos experimentar en el espíritu, aunque nuestra mente no las entienda. Dios el inescrutable, se acerca al sencillo hombre para salvarlo. ¿Ya lo recibiste? ¿Tu voluntad sigue ahora SU voluntad?

Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. Daniel 2:28.

Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. Daniel 2:29.

El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio. Daniel 2:47.

1Co 2:9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
1Co 2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
1Co 2:11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
1Co 2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
1Co 2:13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
1Co 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1Co 2:15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
1Co 2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

En el Amado,
FAMILIA RUEDA ARDILA

viernes, 19 de febrero de 2010

EL SÍNDROME DE LA ATENCIÓN EN EL HOMBRE


¿Por qué no debiéramos siquiera aceptar una cantidad moderada de “personajes” importantes en la iglesia? Al fin y al cabo habitamos en la tierra, no en el cielo. Simplemente porque NO HAY “personajes” o “gente importante” en la Iglesia de Cristo. Precisamente Cristo es la CABEZA, es el único personaje o la única persona IMPORTANTE en la Iglesia.

JASON UPTON comentó lo siguiente:
"Tratar de ser como alguien diferente a Jesús es el principio al pecado" Algunos de nosotros debemos tener el coraje de seguir a Jesús sin saber para donde vamos, sin copiar a nadie más, sólo seguirlo a EL porque solo EL conoce el camino. Si seguimos tratando de hacer como Jacob, entonces seremos como el, que salió de la habitación de su padre y vivió el resto de su vida sabiendo que su padre realmente nunca lo bendijo.
Estar quietos para conocer a Dios, conocer a Dios para ser, para pertenecerle, para creer, para comportarse como hijos, para ser amados. Esperar que el nos desarrolle, no copiar a otros. Copiar a otros asesina nuestra creatividad. Ser como EL y no como los demás.


1Co 3:5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.
1Co 3:6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
1Co 3:7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.

Todo rendimiento viene de Dios, sin el cual somos incapaces de lograr cualquier cosa de valor espiritual. El síndrome de la atención en el hombre, sin embargo, tiende a indicar todo lo contrario: Que algunas personas son extremadamente talentosas, dotadas y que se les debe dar gran realce.

El rol del hombre en la obra de Dios ha sido siempre un área que el enemigo ha querido atacar, aun más en nuestra época.

EL ERROR DE LA IGLESIA y LO QUE BUSCA EL HOMBRE COMÚN
Lo primero que notamos al examinar de cerca el síndrome de atención en el hombre es la gran similitud entre la iglesia y la industria del espectáculo. El espectáculo mundial busca el hombre más conocido y la estrella más famosa para que un proyecto tenga éxito. Lamentablemente, a menudo, la misma verdad se aplica en la iglesia. Al crear eventos cristianos buscamos los artistas y predicadores más conocidos para que el evento tenga éxito.

Esto no quiere decir que aquellos que atraen multitudes cristianas no sean servidores verdaderos de Dios, ni que no puedan ser usados por EL. Pero intentamos enfocar nuestra atención en la preeminencia de las Sagradas Escrituras por encima de la influencia del pensamiento postmodernista dentro de la iglesia de Cristo.

Se ha caído en un error común en el pueblo de Dios que si la iglesia cuenta con hombres y mujeres famosos, que puedan figurar en los titulares y en el noticiero de la noche como lo hacen los personajes del mundo, el reino de Dios es engrandecido. Dondequiera que la gente no entiende el principio de la supremacía de Cristo en comparación con la debilidad del hombre, encontrará a personas en busca de héroes. La gente busca ser reconocida o bien encontrar a una persona conocida que puedan admirar. Es urgente recordar a Pablo cuando escribe:

Eph 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
Eph 1:20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
Eph 1:21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
Eph 1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Eph 1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

El deseo de ser exaltado y de ser el centro de atención es lo que provocó la caída de Lucifer:

Isa 14:12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.
Isa 14:13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;
Isa 14:14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.

No hay lugar para la ambición o el enfoque excesivo en el hombre que sirve a Dios. Lucifer deseaba ser como el Altísimo, no para ser justo y santo como EL, sino más bien para tener “PODER y GLORIA” como EL. Este es el espíritu que se percibe en la mayoría de ministerios en auge contemporáneo dentro del cuerpo de Cristo.
A veces, ellos dicen todas las palabras correctas y hacen todos los gestos correctos, pero ya no con la motivación pura de “santificar” SU nombre, es decir, hacer brillar su nombre, tampoco se pretende el establecimiento de SU reino y menos el hacer SU voluntad en el desempeño y desarrollo de sus ministerios.
Lo que si podemos evidenciar es una búsqueda y ambición para conseguir gloria, reconocimiento, ganancia y éxito personal. Las palabras y las acciones pueden ser idénticas, pero la realidad espiritual está a un mundo de distancia. La iglesia debe despertar y tener discernimiento, como también recordar que Jesús dijo que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo si lo hacíamos famoso a EL y no a nosotros mismos.

EL CRISTIANISMO SUCUMBIENDO ANTE EL HUMANISMO
Cuando la intención se sitúa en la popularidad, la condición, la habilidad o la posición percibida por cualquier persona en la Iglesia, deberíamos estar conscientes de que allí podría haber segundas intenciones, ya sea de parte del “escogido” mismo, o de aquellos que lo han enaltecido en sus mentes. Este síndrome de la atención en el hombre provee una tierra fértil para el entretenimiento, el espectáculo y la diversión de los sentidos que en lugar de glorificar al Padre vigoriza el creciente hedonismo cristiano en el mundo.

Los “artistas” cristianos deben recordar que en el reino de Dios, el Rey de ese reino siempre será primero, jamás será segundo. Todos los demás son número dos. No hay lugar para listas “TOP 10” en la casa del Señor. Esto no es otra cosa que humanismo disfrazado de CRISTIANISMO ACTUAL. Este antídoto es urgente para la Iglesia postmoderna, que participa conscientemente del consumismo, del cristianismo light, del ministerio pragmático, del individualismo y de la adoración icónica, visual, sonora y emocional. A miles de cristianos en el mundo actual ya no les interesa “que dice Dios” sino como estuvo el culto, como estuvo el concierto, que sentimos, que tremendo estuvo todo etc. La infalibilidad y autoridad de las Sagradas Escrituras han sido desplazadas por el imperio de lo audiovisual en la Iglesia de Cristo.

Esta tendencia de ministerios que despliegan un arsenal de estrategias de mercado y explotan a su antojo los diferentes medios de comunicación, aprovechan la ignorancia del pueblo porque las masas que los siguen no se dan cuenta que como único organismo vivo capaz de producir cambio y transformación en la sociedad estamos sucumbiendo ante el imperio del pluralismo espiritual, el utilitarismo eclesial, el hedonismo cristiano, el individualismo narcisista y neoliberalismo ministerial.

El hombre tiene un papel en la obra de Dios, es único pero es SECUNDARIO. El papel protagónico es de Cristo. La perspectiva de nuestra propia condición en el reino de Dios, es decir, nuestra efectividad en el servicio, cómo nos ven los demás, la gloria y atención que recibamos o no, etc. es siempre un área de atención delicada entre los hombres y mujeres en la obra de Dios. Una atención mal enfocada aquí, hasta entre las personas “más espirituales”, puede disparar la antigua motivación de Lucifer, y destruir totalmente el plan de Dios para la vida de alguien.

Siempre que se comunica la Palabra de Dios hay circunstancias, situaciones y gente involucradas que llaman la atención. Es muy fácil enfocarse en el método de comunicación o más particularmente en el comunicador, en lugar de enfocarse en el mensaje mismo. ¿Los diseñadores de moda y managers de imagen de los artistas cristianos contemporáneos se atreverían a crear una nueva línea de jeans de pelo de camello con correa de cuero de rata del desierto para sacar provecho económico de la popularidad de Juan el Bautista?
Cuando Elías tisbita dio el mensaje del Señor a los mensajeros del rey Ocozías, es interesante que el rey Ocozías no identificó al profeta por el mensaje que este le dio de parte de Dios sino por la ropa que el profeta vestía.

2Ki 1:7 Entonces él les dijo: ¿Cómo era aquel varón que encontrasteis, y os dijo tales palabras?
2Ki 1:8 Y ellos le respondieron: Un varón que tenía vestido de pelo, y ceñía sus lomos con un cinturón de cuero. Entonces él dijo: Es Elías tisbita.

PREGUNTAS QUE DEBE HACERSE LA IGLESIA
Lamentablemente siempre ha habido una tendencia de fijarse más en la apariencia y las circunstancias externas que en la misma Palabra de Dios. Uno pensaría que Ocozías pudiera haberle reconocido al mirar su propia situación a la luz de esta palabra profética, ya que sabía que Elías era un profeta de Dios. La primera pregunta que debemos hacernos para evaluar esta realidad progresiva dentro de la Iglesia es: ¿A qué le vamos a dar prioridad, a SU mensaje o a la apariencia del mensajero? El resultado de mirar al hombre será una gran cantidad de acciones y reacciones con poco o ningún valor espiritual real.

Lo único importante en la vida de Elías y de Juan el Bautista era “QUIÉN LOS HABÍA ENVIADO” y el mensaje que cada uno de ellos recibió para hablar a los demás. Dios no llevó a Juan al desierto para que rompiera algún record de asistencia a las dunas. Estaba ahí para hacer la obra de Dios. El Señor dijo. “Yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí”. Lo único importante de la obra de Juan el Bautista fue el llamado al arrepentimiento que transmitía al pueblo de parte de Dios.

La Iglesia de Cristo debe hacerse otra pregunta: ¿Qué salimos a ver? ¿Cuál es el foco de nuestra atención al congregarnos, hacer conferencias, conciertos, seminarios, grupos de oración, de hogar, etc.? ¿Es sólo para ver a Jesús y para oír su palabra? ¿O nos hemos ocupado indebidamente con el estilo y los atributos de los hombres y las mujeres que El ha escogido como mensajeros? ¿Lo que nos atrae es la Palabra pura de Dios o la elocuencia y carisma del mensajero, su estilo, su talento musical o cualquier otra cosa que pudiera atraer a una muchedumbre?

Con frecuencia se sobrevalora la importancia de los mensajeros. Si contamos con un orador o cantante solicitado podemos llenar templos y auditorios hasta el borde. En cambio si anunciáramos que la única característica de cierta reunión es que los presentes tendrán comunión íntima con Jesús, quizás no tendríamos que preocuparnos acerca de tener suficientes puestos de estacionamiento ni un recinto lo suficientemente amplio para la muchedumbre amontonada. El mundo, no conociendo a Dios en su poder y gloria, verá siempre “gente importante” como el foco de atención. Pero es una tragedia absoluta cuando la Iglesia cae en la misma trampa.

El tema de quién es el más importante entre los hombres siempre será un delicado tema en tanto que haya hombres y mujeres en la tierra con tentaciones de la carne. Solo recordemos el caso de los discípulos en Marcos 9: 33-34

Mar 9:33 Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?
Mar 9:34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor.
Mar 9:35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.

La iglesia se ha llenado con un sin número de preguntas innecesarias: ¿Quién es más popular? ¿Quién tiene la Iglesia más grande? ¿Quién es el orador más elocuente? ¿Quién escribió el libro de mayor venta? ¿Quién tiene la canción N°1? ¿Quién recibe las ofertas más grandes? ¿Quién se ve bien en televisión? ¿Quién recibió el Gramy este año? ¿Quién atrae la mayor cantidad de personas? Hasta preguntamos: ¿Quién gana más almas? Respuesta: ¡A quién le importa! Ciertamente a Dios no porque sencillamente esto es el reflejo de la inmadurez y candidez de una Iglesia que crece en número pero sufre de anorexia por la Palabra de Dios y adolece de la acción correcta frente a la instrucción Divina. Fijar la atención en el hombre es un pecado que tiene que ser tratado a través del arrepentimiento.


CONTINÚA….

¡LA COMPETENCIA! Una gran expresión del síndrome de fijar la atención en el hombre.

En el amor de Cristo,
FAMILIA RUEDA ARDILA

sábado, 6 de febrero de 2010

LA HUMILDAD * El más raro de todos los dones y la lección más difícil de aprender


*ES FÁCIL SER HUMILDE DELANTE DE DIOS, PERO ES MUY DIFÍCIL SERLO DELANTE DE LOS HOMBRES* (Watchman Nee)

1Pe 5:5 Asimismo, vosotros los más jóvenes, estad sujetos a los mayores; y todos, revestíos de humildad en vuestro trato mutuo, porque DIOS RESISTE A LOS SOBERBIOS, PERO DA GRACIA A LOS HUMILDES.
1Pe 5:6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte a su debido tiempo, (LBLA - Énfasis en mayúscula de la E_Sword)

Hechos 20:18 Cuando llegaron, les dijo: «Ustedes saben muy bien cómo me he portado desde el primer día que llegué a la provincia de Asia.
Hechos 20:19 Aunque he sufrido mucho por los problemas que me han causado algunos judíos, con toda humildad he cumplido con lo que el Señor Jesús me ha ordenado. (TLA)

“De todas las gracias cristianas la mayor” (San Agustín).

“Es el mas raro de todos los dones y la lección más difícil de aprender” (Kathryn Kulhman)
La Humildad es una manifestación de FORTALEZA y MADUREZ espiritual.

*Ejemplos en la Biblia (Encuentre las palabras claves sobre HUMILDAD):

- Mateo 11:29 ______________________________________
- Génesis 18:27_____________________________________
- Éxodo 3:11________________________________________
- 1 Reyes 3:7_______________________________________
- Efesios 3:8_______________________________________
- 1 Timoteo 1:15____________________________________

Para entender y caminar en HUMILDAD es necesario reconocer EL ORGULLO que respira en nuestros pulmones y late en el pecho de todos nosotros. Para que florezca la humildad debe ser destruido el orgullo que está en nuestra corriente sanguínea, en la médula de nuestros huesos…en la carne y músculo de nuestro corazón…en la raíz de nuestra alma y en el núcleo de nuestras células. (Gene Edwards)

A los cristianos contemporáneos les haría bien leer en más de una oportunidad el best seller del novelista norteamericano Gene Edwards: PERFIL DE TRES MONARCAS

Este bello, sencillo y enérgico relato, narrado por uno de los mejores novelistas norteamericanos, se convirtió en drama, representado por actores profesionales en el teatro y por aficionados en los templos. Algunos pastores han leído a sus congregaciones todo el relato desde el púlpito.

Varios lideres cristianos y directores de movimientos religiosos han animado a sus miembros y a sus empleados en todo el mundo a que lean este libro.

Por toda la tierra los cristianos han sido ayudados, consolados y sanados del dolor, el daño y la angustia que han sufrido como resultado de un tratamiento injusto por parte de otros creyentes. También, este hermoso relato nos ha ayudado a muchos cristianos a descubrir el Saúl y el Absalón que viven en las profundidades de nuestro engañoso y perverso corazón.

En realidad no se trata de llegar a ser Davides bíblicos. El Padre se propone algo más extravagante y hermoso, en el proceso de destruir al Saúl y Absalón que todos ocultamos dentro, El Escultor Divino esculpirá el carácter de Cristo en el mármol de nuestro frío y egoísta corazón

MÁXIMAS DE *ARTHUR BURT* SOBRE EL ORGULLO

-El orgullo es COMO EL MAL ALIENTO Todo el mundo se da cuenta que HIEDES en tu orgullo menos tú.
-La única persona que puede humillar a PEDRO PÉREZ es PEDRO PÉREZ.
-El orgullo se VISTE con MIL DISFRACES. Su ROPERO está lleno de trajes.
-Dios tiene GRACIA para el PECADO. Para el ORGULLO tiene CRUZ.
-Dios no PERDONA el orgullo (Romanos 2:1-3).

Rom 2:1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Rom 2:2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. Rom 2:3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?

LA PALABRA "Inexcusable" Se deriva del griego G379 ἀναπολόγητος anapológetos; indefendible:-sin excusa, inexcusable, SIN DISCULPA, sin posibilidad de defensa, SIN PERDÓN.

-Cada vez que hemos CAÍDO en pecado es porque hemos JUZGADO a alguien ORGULLOSO en
el pasado.
-Lo único que puede tratar con el ORGULLO es la VERDAD.
-El ORGULLO es la araña, el PECADO es la telaraña. No pierda tiempo limpiando
telarañas.
-La medida de GRACIA con la que cuentas está determinada por la medida de VERDAD que
aceptas.
-Nuestro verdadero encuentro con Dios y real espiritualidad comienza cuando luego de
ADQUIRIR ESTE CONOCIMIENTO y en lugar de querer COMPARTIR PRIMERAMENTE ESTOS NUEVOS
DESCUBRIMIENTOS CON NUESTROS AMIGOS observemos un peligro intrínseco. Es posible
que en medio de la remota niebla de nuestra alma se vislumbre esa figura fantasmal
que camina en medio de la bruma. Esa tenebrosa verdad nos encuentra tarde o
temprano, ese hombre que emerge de la oscuridad de nuestro ser interior es ABSALON
SEGUNDO, es EL SAÚL que creíamos que respiraba en la corriente sanguínea de
nuestros enemigos: ES EL VIEJO HOMBRE QUE DEBE SER DESTRUIDO para que SE LEVANTE EL
HOMBRE PERFECTO: *CRISTO*

HISTORIA PARA REFLEXIONAR:
Un joven músico muy bien dotado acababa de dar un recital en un órgano eléctrico ante una audiencia que atestaba el teatro. A medida que disminuía el prolongado aplauso de la multitud, le dijo un amigo: “Te debes sentir orgulloso, con los aplausos de toda esta gente.” “No,” contestó, “eso no me conmueve.” “¿Cómo? ¿Quieres decir que eso no te impresiona?” “No,” dijo, “en absoluto. Ven aquí y te diré la razón. Mira arriba, a la galería. ¿Ves ese viejecito calvo? Bueno, es mi viejo maestro de música. Todo lo que sé, lo aprendí a sus pies. ¡El ha olvidado más música de la que jamás he sabido! ¡Una de sus sonrisas, para mí significa muchísimo más que el aplauso de toda esta multitud!”

Esa es la única forma de vivir— ¡con los ojos fijos en el HOMBRE QUE ESTÁ ARRIBA EN LA GLORIA! ¡Sólo Él puede definir lo que es el éxito y lo que es el fracaso!

“Muchas de las cosas que hacemos son la voluntad de Dios hasta cuando confiamos en ellas.”

APLICACIÓN PARA LA IGLESIA:
- Si todo se trata de USTED entonces TODO DEPENDE DE USTED. Las decisiones que toma basado en las debilidades de otros cristianos y en sus ofensas estan fuera de la voluntad perfecta de Dios. Es muy posible que usted viva en la carne, satisfaga su concupiscencia (quere las cosas ya) y desconozca lo que es SER GUIADOS POR EL ESPÍRITU SANTO (Ser gobernados por el Espíritu Santo desde ADENTRO).
- Estoy seguro que Satanás entrena a batallones de demonios para que susurren a nuestros oídos: "Qué piensa la gente de ti"
- El éxito del mundo afecta los recuerdos de quienes lo tienen. Los reyes de la montaña olvidan con mucha facilidad quien les ayudó a subir por el camino. El verdadero ÉXITO, según las Sagradas Escrituras consiste en HACER LA VOLUNTAD DE DIOS SIN IMPORTAR LAS CONSECUENCIAS. (John MacArthur)

FRASES DE ESPERANZA:

“He cometido muchos, pero muchos errores, mas NO SOY UN ERROR DE DIOS.”

“Aunque todavía no eres lo que deberías ser…tampoco eres lo que antes eras.”

En el Amor de Cristo,
FAMILIA RUEDA ARDILA

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